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chinos. Este establecimiento fue creado por Departamento de mi cargo" (27). El gobernador de Imbabura, Pedro Miguel Tinajero, había mani– festado al P. Bernardino de San Isidro que "las escuelas de niños y niñas de Mariano Acosta", auspiciadas directamente por el ministerio de defensa nacional, pasarían, puesto que así lo deseaba, a depender directamente del ministerio de educación nacional. Y aquél debió de ser sin duda el momento de su clausura por el funcionario ibarreño, sin notificación previa al teniente general Gallegos (28). Madres Franciscanas regentaban desde noviembre de 1938 la escuela primaria "Cofanes" y un taller de corte. No especifica el Padre Clemente desde cuándo son cinco las religiosas y tres los capuchinos que viven en Mariano Acosta. Aquéllas son de las que fundó en tiempo de León XIII un capuchino suizo y de las que estableció en Manabí el obispo Dr. Schumacher. En Pasto-Maiidíaz plantai·on su casa central, desde donde irradiai·on, meridiano arriba hasta vai·ias ciudades de USA. Los primeros religiosos en compartir sus penalidades de Maiiano Acosta fueron los padres Pacífico de Túquerres y Pedro de Briceño, ambos colombianos, y el hermano fray Domingo de las Mesas. Como tuvieren que cederles la barraca del P. Juan, por un tiempo hubieron de do1mir los frailes a la intemperie, sufriendo lo indecible, hasta que en el solar de la curia lograron levantar un cobertizo; "puesto que nosotros entregamos nuestra casa y todo el solar, que son nuestros, porque los moradores de esta región no nos han dado ni un trozo de terreno, sino que hemos tenido que comprar para vivir nosotros, edificando la casa" (29). En 1943 consiguió el P. Bernardino que el municipio de !barra, mediante su presidente don Tarquina Páez, expropiai·a "diez pajas de agua" para servicio de la población de Mariano Acosta y del colegio, adonde acudían 250 niños y niñas, algunas en régimen de internado por la lejanía de sus hogai·es. Dos religiosas profesas habían muerto -alegaba el P. Bernai·dino- por el mal servicio de agua, en zona en que tanto abundaban fuentes y ríos, cuyo uso monopolizaban los caciques. Por cuenta del municipio ibai-reño se hizo el transporte de tubos de cemento y de cal hasta Pimampiro. La traída de aguas, iniciada por el P. Bernardino, continuóla el P. Alejandro de Guaitarilla, que se acomodó a los planos del ingeniero Gándara en la construcción del tanque de captación y de su suelta hasta el filtro (30). 92

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