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cas de la antigua audiencia de Quito. Y precisamente por estas fechas (años 1938) en que se discute la admisión de elemento tan estabilizador como el misionero, vuelve a suscitarse la cuestión de límites, que se somete en un principio al arbitraje del gobierno de Washington; fracasan las gestiones y se inician otras nuevas con el fin de evitar una guerra fronteriza. Interesaba vivamente al Ecuador una acción, que no supie– ron estimular debidamente, análoga a la de los misioneros franciscanos en la Amazonía peruana. Sin tapujos, la plantea el P. Bernardino de San Isidro en su comu– nicación al coronel Nicolás F. López: "Confluencia San Miguel, única salida Ecuador Amazonas, abandonada; impónese ocuparla. Entiéndase Jefe Supremo facilite estabilidad entrada capuchinos nacionales... " Con él pareció coincidir, en la fecha y en la intención, el Jefe Mando Supremo, cuando, al tiempo que negaba a los capuchinos, por ilegal, su residencia en Ibana, consigna: "No habrá inconveniente ninguno si quieren establecerse en Oriente". No faltaban, sin embargo, anticlericales empeñados en cerrarles el paso. De ahí el recurso de los padres Bernardino y Clemente, en escrito conjunto, al Excmo. Sr. Nuncio, Fernando Cneto, desde !barra 6 de abril de 1938. Los capuchinos de !barra -arguyen- están muy interesados en colonizar el oriente ecuatoriano. En la actualidad tienen a su cargo pastoral la parroquia civil de Mariano Acosta, con sus caseríos de Puetaquí, Guanupamba, El Alisal, Ubillas, San José, San Francisco de Sigsipamba, El Carmelo, Ramaspamba, Ramasdanta, Yuquín, Cebadal, Pisque, Pan de Azúcar, Chugá, Monte Olivo y Palmares. El núcleo principal, Mariano Acosta, a unos 40 kilómetros de !barra, en parte próxima a los páramos de la última estiibación de la cordillera, con población de unos 2.000 habitantes, que con la de los caseríos suma unos 4.000. Objetivo próximo: 1) desarrollar el progreso de los actuales caseríos, facilitando la entrada de nuevos pobladores, mediante la mejora y arreglo de los caminos existentes y apertura de nuevos, apelando a las mingas; 2) tutelar la salud de sus moradores con un botiquín de urgencia; 3) fomentar la educación mediante escuela de niños y taller de confección de sombreros de paja de toquilla, con la colaboración de una comunidad de religiosas; 89
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