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aquella panoquia de 20.000 almas, con sus cinco capillas; y que, salvo el liceo de secundaria que también intentaba el señor arzobispo confiar a la custodia, bien podrían sus frailes hacerse cargo del santuario. Y desde Guayaquil, en un alto de su visita canónica o pastoral, consulta al definitorio de NCA. Y el definitorio se doblega bajo la carga de tantas ponderaciones. Y el custodio Beizama se lo agradece sinceramente (31). Flexión tardía. Su excelencia, el arzobispo de Cuenca, había retfrado el ofrecimiento "a causa y en razón del puchero". Cabildo y superiores de las órdenes religiosas le pusieron proa, alegando pobreza en la capital. ¿Cómo podrán llenar la olla, si se establece una nueva comunidad dentro de la misma jurisdicción? (32). Fracaso, fruto amargo de " sesudas" vacilaciones, que vivamente deplora el provincial Florencia de Artavia. En tanto se cavilaba sobre el santuario de " La Virgen de los Baños" y bien antes que su excelencia, el arzobispo de Cuenca diera el cerrojazo, el presidente del concejo municipal de Cañar, cantón asimismo de la diócesis conquense, invitaba ahincadamente en nombre de la corpora– ción edilicia y de todo el vecindario al superior de los capuchinos, a establecerse en la colina de San Antonio de Cañar, en donde se había realizado el "Magno Acontecimiento del Milagro de la Sagrada Forma"; y responsabilizarse del culto del santuario y de la formación escolar y cristiana de los niños. Beizama, que juzga muy arduo el compromiso, recurre a la consabida fórmula, no siempre convincente: no cuenta con personal adecuado (33). Carlos Arturo Malina, canciller general de la embajada de Ecuador en Espa11a, cita al ministro provincial, Florencia de Artavia, a entre– vistarse en Zaragoza, juntamente con los cónsules de Ecuador en Zaragoza y en Barcelona; porque desea hacerle patente " la potente llama de fervor que se ha encendido en el espíritu de Caüar hacia la Orden Capuchina" (34). A consecuencia de aquella reunión, tenida el dos de diciembre de 1961, acepta el definitorio provincial de NCA la fundación en Cañar, "a condición de que el Sr. Arzobispo nos autorice a cambiar la de Baños por la de Cañar". Explica el provincial Artavia al señor canciller que, en su encuentro con Mons. Manuel de Jesús Abad, arzobispo de Cuenca, los días 2D y 21 de agosto del 61 se había comprometido a establecerse en el santuario de Nuestra Señora de los Baños ; y que la provincia capuchina podía afrontar una fundación, mas no dos. Y en forma equivalente escribió a dicho prelado, aunque acentuando la voluntad de cumplir la palabra empeñada con su excelencia (35), el señor ai·zobispo. 177