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de paciencia con tm pueblo tan sobrio en el esfuerzo como en su dieta alimentaria y tan abandonado en su religión por falta de clero , que ni recuerdan el santo de su nombre; pero de un carácter muy maleable (5). Tras el informe del P. Ucar síguese una tortuosa cavilación ; tortuosa, no por parte del prefecto apostólico, empeñado en avecindar una comunidad capuchina; tampoco por parte del custodio, conforme con aceptar tan generoso ofrecimiento, sino por la del definitorio de NCA, o la de su superior mayor, Serafín de Tolosa. El padre Ruperto le remite un borrador del convenio "ad referen– dum" y, a petición de Mons. Hieroteo, destina provisionalmente a la parroquia de Limones al padre Camilo de Torrano (6). Primera reacción del provincial Serafín de Tolosa: nna "nef;ativa rotunda", a juicio del custodio Arizaleta; porque interpreta ese com– promiso como sumisión de nuestra Orden a otra Orden religiosa (7). Redarguye el custodio que el predio apostólico que se nos brinda es muy codiciado por todas las comunidades religiosas; y que ha redactado las bases del convenio con tales matices, "que nos libra de toda de– pendencia carmelitana" (8). Replica el ministro provincial que la provincia tiene que atender al Aguarico y a otras fundaciones (9); y alega más tarde, que, si el clima, el paisaje, los habitantes y el campo de acción impulsan a aceptar Esmeraldas, "la dependencia de un Prefecto Apostólico que no es de la Orden nos ha hecho desistir definitivamente" (10). Y persiste en defender su negativa con el mismo bote de lanza : Agualico presenta mil dificultades; Esmeraldas, todo facilidades, abundante mies, medios de vida y de locomoción, más de 50.000 habitantes. Aguarico, imposición de la Santa Sede, por medio del Rvmo. P. General; Esmeraldas, sujeto a una Orden religiosa que no es la nuestra. Por muchas cláusulas que se añadan al convenio, una es segura ; que quedamos supeditados a otra Orden religiosa (11). No parece haberle hecho mella que los franciscanos aceptaran en la misma provincia el ct.ntón de San Lorenzo, ni que otras órdenes religiosas, como la de lc3 jesuitas, estén ::, la espectativa de otras parcelas en la jmisdicción d1J Esmeraldas (12). Recune Mons. Hieroteo a la sagrada congregación de religiosos, al cardenal Piaza, que le brinda su mediación, y al padre general de la orden capuchina (13). La provincia no acepta el cantón de LIMONES -----11otifica el P. Ruperto al definidor general, Pascual de Pamplona- ·· por suponer que quedaríamos sujetos al prefecto apostólico de Esmeraldas, que es 173

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