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Al frente de Colombia suroccidental quedó el P. Ambrosio de Rosario, asistido por tres palermitanos y un colombiano, el P. Pacífico de Túquerres. "Caras largas en los nativos (colombianos) -comenta el Padre Ruperto-. No sé cómo reaccionarán, aunque la enemiga contra el Padre Ambrosio, comisario general, es casi total, porque lo juzgan inspirador del pastel" (4) ; puesto que no ignoraban que por voluntad del padre general se había desplazado a Roma. Hizo la trasmisión de poderes, por especial delegación, el Padre Ambrosio de Vinalesa, custodio de Bogotá. Con el fin de arrancar sin violencia a los padres de NCA que conti– nuaban en Pasto, se nombró al padre Grego1io de Mondragón vicario de !barra y al padre Angel de Murieta vicario de Tulcán; al padre Nemesio de los Arcos se confió la cuasi parroquia de Mariano Acosta (10 de abril de 1951). Anota el cronista del convento de !barra que la despedida fue sin el ceremonial previsto, por injustas acusaciones a los "navarros ' ' de haber inducido a dos de los hermanos legos ecuatorianos a reintegrarse a su tierra. Por otra vía, la epistolar, agradeció efusivamente el custodio de Colombia suroccidental a la provincia de Navarra su colaboración, singularmente durante los dos últimos años: "Yo de parte mía y de los Religiosos de esta nueva Custodia de Colombia Occidental, nos sentire– mos eternamente obligados y con verdadero cariño fraternal y de grati– tud hacia una Provincia tan benemérita y simpática" (5) . Estas fueron las familias capuchinas de la primera custodia de Ecuador: ' !BARRA: residencia del padre custodio, Ruperto de Arizaleta. Familia conventual integrada por los padres Serafín de Lezáun, guardián y primer asistente Gregorio de Mondragón, vicario Clemente de Tulcán, asistente segundo Apolinar de Tafalla José Miguel de Arráiz y los hermanos Fray Bernardo de !barra Fray Lorenzo de Arráiz Fray Luis de Mariano Acosta. TULCAN: formada por los padres 130

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