BCCCAP000000000000000000000207
continuación insinuara que si los deseaba tan presto era "para poder nombrarles más fácilmente Superiores de aquellos conventos (!barra y Tulcán), allá por el mes de Noviembre, cuando se tendrán que fonnar las nuevas familias" (12). Quienes parecen suspirar con espíritu más generoso por los capu– chinos navarros son los beneméritos padres ecuatorianos Pablo y Clemente de Tulcán. "Digo a S. R. de todo corazón -escribe el P. Pablo al P. Artavia- que nosotros los ecuatorianos (dos viejos en Ecuador y dos jóvenes en Colombia) no deseamos sino que vengan de allá los guardianes y sean españoles, y lo mismo todos los Superiores... Nosotros estamos agradecidos y contentos y esperamos a nuestros hermanos con los brazos abiertos. Que ojalá vengan con confianza y sin ningún recelo, que aquí sólo hallarán cariño fraternal y consideraciones, como lo merecen". Aunque viejo y achacoso (cuenta 76 años de edad y 50 de sacerdocio) está dispuesto a colaborar cuanto le sea posible. En otra carta reitera su ilusión por los nuevos expedicionarios y coincide con P. Clemente en proclamar que, merced al P. Florencia de Artavia, tío del provincial actual de NCA, se había podido recuperar los viejos conventos de Tulcán y de !barra, al cabo de 40 afios de destierro. "Hemos pedido que vengan Padres Nava1Tos -recalca el Padre Clemente-, porque viven aquí como en su tie1Ta, se adaptan fácilmente a nuestras costumbres, se captan la simpatía del puebio que es dócil", como lo demostraron los padres Angel de Villava, Guillermo de Moren– tin, Severiano de Adiós, Teófilo de Abárzuza y Joaquín de Pamplona. "Deseo ardientemente ver a los PP. Navarros" (13). Hasta las futuras residencias parecían disponerse a darles la bien– venida, pues, por ejemplo, en Tulcán los Hermanos Cristianos habían desalojado nuestro convento que tenían sometido en parte a servidum– bre gravosa. Y si el superior, P. Esteban de Pasto, no se empleó in– mediatamente en la reforma (harto lo necesitaba) del edificio, cúlpese al comisario Odena, que prefirió reservarlo para un plan completo (14). Los tres expedicionarios, Serafín de Lezáun, Angel de Ucar y Gregario de Mondragón, previa emocionante despedida en San Antonio de Pamplona, a templo desbordante, embarcan en Barcelona, el día 17 de noviembre de 1949, a bordo del Monte Albertia. El día 6 de diciem– bre, escala técnica en La Guaira ; paseo por Curacao, tres fechas más tarde; desembarco en Barranquilla y llegada a Pasto el 16 del mismo mes de diciembre. Registra el P. Ruperto la novedad entre alborozado y cejijunto : alborozado, porque con la presencia de aquellos t res com– pañ.eros, se reafümaba su p lan de autonomía ecuatoriana; cejijunto, por las peleas que había tenido que sostener con el comisario P. Odena y su 11 5
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz