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maniobra para impedir, si es posible, la ida de los Padres Españoles al Ecuador y de no conseguirlo, relegarlos a la parroquia-misión de Mariano Acosta". "Si aprovechándose V. Rma. de este amplio ofrecimiento del P. Comisario pudiera conseguir que nuestros Padres no vayan al Ecuador, sería lo mejor". Podría alegar el P. Carmelo la capacidad del comisaiiato para ir nutriendo sus casas de personal, pues no faltan estudiantes que llegan al presbiterado. Si no pudiera alcanzarse la revocación, por haber intervenido la Santa Sede en la demanda de ayuda al padre general, "no debe acceder– se al traslado del Noviciado. No tardai·án en convencer al nuevo Defi– nitorio General de los inconvenientes (distancias, visados, origen colom– biano de todos los seráficos) ni de reintegrar el noviciado a Colombia. Con lo que habrían escamoteado "con sagacidad el Convento de !barra, que es lo que querían principalmente conseguir, de no poder evitar que vayan los intrusos europeos". Cara11qui no es ventajoso ni cómodo y para telefonear con Ma1iano Acosta tendrían que recurrir al convento de Ibai-ra. El definitorio general podría informar al señor obispo de !barra, "con esa diplomacia tan sugestiva de las Cmias Romanas" sobre estos particulares y que respecto de Caranqui y de las fundaciones sucesivas, se estudiai·á en cada caso, según Derecho. "El Convento de Pupiales, donde está el Noviciado, es el único fabricado por los Padres del Comisariato (los otros se deben a los Españoles)... y no les gusta a los Religiosos estai· en ~sa población"... "Si la Orden ha de prosperar en el Ecuador, estoy persuadido que habrá de formar con nuestros Padres un Comisariato General (subr. orig.) con todos los ecuatorianos y colombianos que están en Ecuador, salvo que prefieran quedar afiliados al de Colombia". El actual no saldrá de su vida anémica. La creación del nuevo comisariato no debe ser inmediata, sino cuando nuestros padres se hayan dado a conocer a pueblo y autoridades. "El P. RUPERTO verá cuándo es el momento oportuno de indicar su erección a V. Rma. y V. Rma. al Definitorio General" (23). Puede barruntarse la reacción del definito1io provincial frente a tales prolegómenos. En sesiones de los días 11 y 1 2 de diciembre se reprueba el desleal proceder del comisario, P. Tomás Briceño, como "atropello a la palabra empeñada solemnemente". Por lo demás -asegura el provincial Ignacio de P. al Rvmo. P. Welle- "conozco bien 102

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