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SA..""- FRANCISCO Y LA IGLESIA 89 cipes, trabajadores y labradores, sirvientes y amos, a todas las don– cellas, a todos los solteros y casados, a todos los legos, hombres y mujeres, a los niños pequeños, a los adolescentes, jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, a todos los grandes y pequeños y a todos los pue– blos, razas, tribus y lenguas, a todas las naciones y todos los hombres de todo el mundo, que existen y han de existir, rogamos humilde– mente y suplicamos nosotros los Frailes Menores siervos inútiles, que todos perseveremos en la verdadera fe y penitencia, porque de otro modo nadie puede salvarse" ( 58 ). De idénticos sentimientos para con la Iglesia se halla también pene– trada la Regla definitiva; pero están expresados con más brevedad y concisión, porque también la redacción de la Regla es más breve y concisa. Todo el tono de la Regla bulada viene a terminar consecuen– temente en este acorde final: "Para que siendo nosotros siempre súb– ditos y sujetos a los pies de esa santa Romana Iglesia, guardemos la pobreza y humildad y el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesu– cristo" ( 59 ). Lo mismo cabe decir del Testamento de San Francisco. En su co– mienzo confiesa el moribundo Fundador: "El Señor me dió y da tanta fe en los sacerdotes que viven según el orden de la santa Romana Iglesia por causa de sus órdenes que si me persiguieren quiero recurrir a ellos." Más adelante da esta orden, sólo comprensible desde el punto de vista de la más fiel sumisión a la Iglesia: "Si hubiere algunos Frailes que no sean católicos, todos los Frailes, dondequiera que estén, sean obligados por obediencia en cualquier lugar que hallaren alguno de ellos, a presentarlo al más cercano custodio de aquel lugar donde lo hubieren hallado. Y el custodio esté firmemente obligado por obe– diencia a guardarlo de día y de noche como hombre en prisiones de tal modo que no pueda ser librado de sus manos, hasta que por su propia persona lo presente en las manos de su Ministro. Y el Mi– nistro esté firmemente obligado a enviarlo con tales Frailes, que de día y de noche lo guarden como hombre en prisiones, hasta que lo presenten ante el Señor Ostiense, el cual es señor, protector y correc– tor de esta Fraternidad." Finalmente Francisco asegura expresamente que ha hecho su Testamento con el único objeto de que "la Regla que al Señor prometimos más católicamente guardemos" ( 60 ). (58) Ibídem, c. 23. (59) "Según la Regla definitiva, la fundación de Francisco aparece unida con la Iglesia romana tan firmemente como es posible, y los términos de que se sirve al hablar de la sumisión de los Frailes Menores para con ella, no pueden ser superados." HEINRICH TILEMANN, Studien zur lndividualitiit des Franziskus von Assisi, Leipzig-Berlín, 1914, 167. (60) Opuse., LEMMFNS, 78, 81, 82; BoEHMER, 36, 39.

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