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SAN FRANCISCO Y CRISTO 59 todos estos dolores, y te ruego me los centupliques, si tal es tu voluntad; pues lo más agradable para mí es que Tú me visites y aflijas sin piedad; el cumplir tu santa voluntad es mi mayor con– suelo" ( 90 ). En otra ocasión, habiéndole preguntado un Fraile cuál de estas dos cosas preferiría sufrir, o esta lenta y prolongada enfermedad o un cruel martirio por manos del verdugo, respondió: "Hijo mío, para mí lo más amable, más dulce y más agradable es aquello que Dios nuestro Señor quiera hacer en mí y de mí, pues mi único deseo es hallarme siempre sumiso y obediente a su voluntad. Pero, con todo, sufrir aunque sólo sea por tres días esta enfermedad me sería más molesto que cualquier martirio" ( 91 ). Aquello que los demás no po– dían ni ver sin horrorizarse, él lo sufrió con gusto, alegre y sonriente hasta el último instante ( 92 ). Con verdad pudo decir de él su confesor "que desde la aparición del Crucifijo en San Damián hasta su muerte siempre fué semejante a la Pasión de Cristo" ( 93 ). Más aún. Así como en vida había sido semejante al Divino Salvador viviente y en su muerte al Salvador moribundo, así después de la muerte debía también asemejarse al Sagrado Cuerpo del Señor ( 04 ). Sí, en aquella hora, cuando hubieron acabado sus sufrimientos y su cuerpo desnudo de todas las cosas yacía muerto sobre la desnuda tierra se manifestó públicamente su conformidad con Cristo. Hasta entonces había sabido ocultar las llagas con una humildad tan inge– niosa, que solamente los Frailes más íntimos suyos tenían noticia de ellas ( 95 ). Mas ahora miles de testigos vieron y palparon el prodigio de esa crucifixión seráfica; parecía que Francisco acababa de ser bajado de la cruz, tan fresco y casi viviente mostraba aún en sus manos, pies y costado el sello propio y el escudo de armas de Cristo ( 96 ). Al (ºº) S. BoNAV., c. 14, n. 2. (Ol) Ibídem, n. 107. (02) "O martyr et martyr, qui ridens et gaudens libentissime tolerabat, quod erar omnibus acerbissimum et gravissimum intueri! Revera nullum in eo reman– serat membrum absque nimio passionis dolore, et calore naturali sensim amisso, ad extrema quotidie propinquabat. Stupebant medici, mirabantur fratres, quo– modo spiritus vivere posset in carne sic mortua, cum, consumptis carnibus, sola cutis ossibus adhaereret." Ibídem. (03) Tres Socii, n. 15. (04) "Voluit certe per omnia Christo crucifixo esse conformis, qui pauper et dolens et nudus in cruce pependit... O vere christianissimum v1rum, qm et vivens Christo viventi et moriens morienti et mortuus mortuo perfecta esse studuit imitatione conformis et expressa promeruit similitudine decorari." S. BoNAV., C. 14, n. 4. (05) THOM. CEL., I, 95; 11, 135-137. (00) "Resultabat revera in eo forma crucis et passionis Agni immaculati, qui lavit crimina mundi, dum quasi recenter e cruce depositus videretur, manus