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SAN FRANCISCO Y LA NATURALEZA 431 de lobos ( 17 ). Y como esta plaga era por entonces el terror de mu– chas comarcas, se habría expresado típicamente el amor de Francisco a los animales y el poder ejercido en ellos por su amor, con aquella narración popular, llena de maravillosa poesía, que tiene por título: "Del ferocísimo lobo, que por San Francisco fué reducido a grande mansedumbre" ( 1B). I--fosta los elementos inanimados parecía que eran arrastrados por el hechizo del amor de nuestro Santo. En caso de necesidad y por su mandato se repitió la multiplicación de panes del Evangelio ( 19 ), se mudó el agua en vino ( 2 º), manó una fuente de la roca ( 21 ) y el fuego perdió su poder de atormentar. Estando enfermo de los ojos en Fonte Colombo cerca de Rieti, tuvo que someterse a una dolorosa operación por medio de un hierro rusiente. Consoló al cuerpo que temblaba de espanto y dijo al fuego: "Hermano mío fuego, entre todas las cosas hermosas, el Altísimo te ha creado fuerte, bello y provechoso. Séme en esta hora propicio, sé cortés conmigo, porque siempre te he amado en el Señor. Yo ruego al gran Señor, que te ha creado, que temple ahora tu ardor, para que quemando tú suavemente, pueda yo resis– tir." Después hace la señal de la cruz sobre el fuego, y vedlo ya dispuesto para la operación. El médico tomó en sus manos el acero candente y lo aplicó. El hierro penetró silbando en la carne y la caute– rizó toda desde la oreja hasta los ojos. Cuando los Frailes, que habían huído aterrados volvieron a él, díjoles sonriendo: "¡Oh pusilánimes y de mezquino corazón!, ¿por qué habéis huído? En verdad os digo que no he sentido ni el ardor del fuego ni dolor alguno en la carne." Y vuelto al médico añadió: "Si todavía no está bien, aplica otra vez el hierro." Quedó el médico fuera de sí de asombro y dijo: "Verdadera– mente, hermanos, hoy he visto maravillas." Y advierte el biógrafo: "Y o creo que el Santo había vuelto a la inocencia primitiva, pues cuando quería se le amansaban las cosas inhumanas" ( 22 ). tuum comedent et laedent vos. Tune beatus Franciscus dixit: Nihil nocui fratri !upo, ut fratrem nostrum asellum audeat devorare. Valete, filii, et Deum timete. Et sic fratcr Franciscus pertransivit illaesus. Haec nobis retulit agricola qui praesens fuit." FALoc1-PuuGNANI: S. Francesco e il Monastero di S. Vere– condo presso Gubbio, en: l\Jiscellanea francesc., t. X, p. 7. LEMMENS: Testi– monia minora saeculi XIII de S. Francisco, en: Arcbiv. francis., I, 69 s. (17) THoM. CEL. II, n. 35 s. (18) "De !upo ferocissimo per sanctum Franciscum reducto ad magnam man- suetudinem." Actus B. Francisci, c. 23; Fioretti, c. 21. (19) BERN. DE BEssA, Líber de laudibus b. Francisci, c. 6, p. 42. (20) THOM. CEL. I, n. 61. (21) THOM. CEL. Tract. de mirac., n. 15. (22) "Credo ad innocentiam primam redierat, cui, cum volcbat, mansuebantur immitia." THOM. CEL. II, n. 166.

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