BCCCAP000000000000000000000206

SAN FRANCISCO Y CRISTO 43 compañía de los caballeros de su ciudad natal: y por más que algunos años más tarde ( 12 ) cobró disgusto a los vanos placeres de los senti– dos, con todo siguió pensando en glorias )r hazañas de caballería mundana ( 13 ). Pronto pareció ofrecérsele ocasión para realizar esos planes. Un valiente caudillo, del linaje condal de los Gentile de Asís ( 14 ), estaba haciendo preparativos para expedición guerrera a la Apulia. Francisco, que si bien le era inferior en nobleza de nacimiento, le aventajaba en nobleza de alma y osadía, se alistó con dicho capitán como escudero ( 15 ). Por medio de esta aventura esperaba él con toda seguridad que conseguiría el ser armado caballero, y con la caballería lograr nobleza, riquezas y honra. Estando pues ya preparado para el viaje, vió una noche en sueños un magnífico palacio, lleno de arreos militares, de armas, escudos y toda suerte de adornos caballerescos. Habiendo preguntado a quién pertenecía dicho palacio con todas sus grandezas, fuéle respondido que él era el noble señor a quien allí se aguardaba con un cortejo de caballeros. Lleno de gozo exclamó: "Ahora conozco que he de ser un gran príncipe" (l6). Pero ya a la noche siguiente tuvo en sueños una nueva aparición. Parecíale estar en extraña conversación con un interlocutor misterioso. Éste le preguntó a dónde iba. Francisco respondió que iba a la Apulia como escudero de un noble compatriota suyo, a ganar riquezas, for– tuna y gloria caballeresca. "¿Quién puede hacerte más favores: el Señor o el esclavo?" Francisco replicó: "El Señor." "Pues, entonces, ¿por qué abandonas al Señor por el esclavo y al amo por el súbdito?" Francisco exclamó: "¿Qué queréis, Señor, que yo haga?" "Vuelve a tu patria, porque esa visión que has tenido se ha de cumplir en ti espiritualmente" (1 7 ). En el misma instante "de Saulo se convirtió en Pablo. Francisco trocó las armas carnales por armas espirituales y dejando las glorias de la caballería mundana fué armado caballero espiritual" ( 18 ). (12) Tres Socii, n. 5. ( 13 ) "Tentar proinde Franciscus adhuc divinam fugere manum, et patemae correctionis paulisper oblitus, arridentibus sibi prosperis, cogitar quae sunt mundi, ac ignorans consilium Dei, de gloria saeculi et vanitate facturum adhuc maxima se promittit." THoM. CEL., I, n. 4. (14) ANONYM. PERusJN., n. 5. (15) "Franciscus, quia levis animo erar et non modicum audax, ad eundum conspirar cum illo, generis nobilitate impar, sed magnanimitate superior, pau– pcrior divitiis, sed profusior largitate." THoM. CEL., I, n. 4. (lG) TnoM. CEL., I, n. 4-5; Tres Socii, n. 5. (17) Tr10M. CEL., JI, n. 6; Tres Socii, n. 6. (18) THOM. CEL., l. c.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz