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XV. EL APOSTOLADO FRANCISCANO TA acción de paz no es más que una parte del extenso programa de L apostolado franciscano. Éste tomó en la vida del santo Fundado1 un lugar tan prominente, que le ha merecido el título honoríficc de "Francisco, varón apostólico". Así le llamaban ya sus primeros discí– pulos (1); con ese nombre lo ha glorificado siempre la Iglesia misma (2) y así continúa viviendo en el agradecido recuerdo de los siglos todos Nosotros, hombres del siglo XX, tal vez no encontramos nad,1 de extra– ordinario en esta distinción; pero para los contemporáneos de San Fran– cisco era cosa nunca oída el que un fundador y sus discípulos se con– sagraran al apostolado. Decimos: Al apostolado en el sentido propio de la palabra. No se trataba simplemente de una participación en el ordinario cuidado de las almas, o por mejor decir, no se trataba en absoluto de eso. Fran– cisco muy lejos de dejarse. atar a un lugar determinado o de obligarse a una prebenda particular, quería a imitación de los Apóstoles que h Orden fundada por él tuviera a todo el mundo por su campo de acciór y que en este campo se dedicara tanto al mejoramiento de los fíele! como a la conversión de los infieles. Esto entendía él por actividaé apostólica y esto era esencial a la vida apostólica, tal como él la entendía I. Verdad es que también los antiguos monjes profesaban la vid: apostólica; pero con eso querían decir únicamente, que el monje : ejemplo de los Apóstoles está obligado a observar no sólo los preceptrn sino también los consejos del Evangelio ( 3 ). Jamás pensaron que e monje a semejanza de los apóstoles estaba obligado a obrar al exterior a dedicarse al apostolado propiamente dicho. únicamente San Colum– bano abrazó la vocación de misionero ( 4 ), aunque en su Regla nada se (1) "Apostolicus vir Franciscus." Tres Soc ., n. 68. (2) El más antiguo oficio litúrgico de San Francisco empieza con estas pala– bras: Franciscus vir catholicus et totus apostolicus... HIL. FELDER, Die Reimof– fizien auf die hbl. Franziskus und Antonius gedichtet und komponiert dure!. Fr. Julian von Speier (t c. 1250), Friburgo (Suiza), 1901, 107. (3) Cfr. supra, p. 29. (4) Vita Columbani Abbatis discipulorumque eius, lib. 1, c. 4, ed. Kauscu Monum. Germ. hist. Script. Rer. Meroving., t. IV, Hannoverae et Lipsiae 1902, 70 s. 304
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