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OBRA DE PAZ DE SAN I,'RANCISCO 293 1ombres en paz y dulzura (1 3 ). Francisco solía repetir a menudo: 'Así como anunciáis la paz con palabras, así debéis llevarla y en más bundancia en vuestros corazones. Nadie sea provocado por vosotros ira o escándalo, antes al contrario con vuestra mansedumbre debéis ncitar a todos a la paz, benignidad y misericordia. Pues para eso ternos sido llamádos, para curar a los heridos, para cuidar a los las– imados y para traer al buen camino a los que yerran" ( 14 ). No es un hecho casual el que ya hacia 1258 un franciscano, Gil- 1erto de Tournay, profesor en la Universidad de París, escribiera para us Frailes un tratado Sobre la paz y tranquilidad del alma. En él [UÍere enseñar a sus lectores que ante todo traigan la paz en su propio :orazón, para poder después comunicarla a los otros. En él deja esca- 1ar la delicada observación de que esta paz del corazón es el fruto [Ue se logra sirviendo a Cristo como caballero. "Ea, pues, exclama, é ambidiestro y fuerte, para que pueda aplicársete aquella palabra .ngélica del libro de los Jueces: La paz sea contigo, oh tú, el más 'aliente de los varones. . . Si los caballeros mundanos por obtener el avor popular luchan valerosamente, ¿con cuánto mayor denuedo lebe luchar el caballero de Cristo por la gloria eterna? Y así como egún el derecho de la guerra, parte de los donativos que los soldados eciben se emplean actualmente para su mantenimiento y otra parte e reservan para entregárselos más tarde, para que no se echen a perder 1or una mala administración privada, del mismo modo, si peleas legí– imamente, se te concederá para este mundo la paz del corazón, y se e reservará para el otro la paz eterna" (1 5 ). II. Se necesitaban verdaderamente estos sentimientos tan magnáni– nos y tan elevados para presentarse como apóstol de la paz en aquel nundo de entonces; pues se trataba de procurar la concordia no sólo le persona a persona y de familia a familia, sino que con mucha fre– :uencia debían salvar de horrorosas discordias a ciudades y comarcas nteras. Esas desavenencias procedían en su mayor parte de los incon- 1enientes sociales del sistema feudal. Era esencial en el sistema feudal que las clases bajas de la población Uesen dominadas por las superiores en una extensa gradación. El ( 1 3) "In his omnibus pacem et mansuetudinem cum omnibus sequebantur." LHOM. CEL. I, n. 41. ( 14) "Sicut pacem annuntiatis ore, sic in cordibus vestris et amplius habeatis. -Jullus per vos provocetur ad iram vel scandala, sed omnes per mansuetudinem ·estram ad pacem, benignitatem et misericordiam provocentur. Nam ad hoc ·ocati sumus ut vulneratos curemus, alligemus contractos et erroneos revocemus." rres Socii, n. 58. En FALOCI-PULIGNANI está mutilado ese texto; en cambio \.MONI, Legenda Trium Soc. (84) presenta la verdadera lección. (15) "Ambidexter et fortis existe, ut audias verbum angelicum, quod scriptum st in libro iudicum (VI, 12): «Pax tibi, virorum fortissime» ... Proptcr favorem

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