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32 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS por la Regla y continuamente recomendaba a sus discípulos su obser– vancia diciéndoles con frecuencia: "La Regla es el libro de la vida, la esperanza de la salvación, el meollo del Evangelio, el camino de la perfección, la llave del Paraíso, la escritura de la eterna alianza. Quería que todos tuvieran y conocieran la Regla; que ésta hablara siempre al hombre interior, para combatir el tedio y recordar de con– tinuo el juramento prestado. Debían traerla siempre ante los ojos, para según ella ordenar su vida, y lo que es más, debían morir con ella" ( 52 ). Según esto el ideal de Francisco era pues vivir "según el Evangelio" "según la forma del santo Evangelio" "según la perfección del Evan– gelio". Lo que Francisco entendía bajo estos términos se desprende ya suficientemente de lo que llevamos expuesto y las Reglas de la Orden lo expresan además de propósito. Ya la primitiva Regla fran– ciscana se componía sustancialmente de las siguientes frases ( 53 ): "Esta es la vida del Evangelio de Jesucristo, vivir en obediencia, en castidad y sin propio y seguir las enseñanzas y ejemplos de nuestro Señor Jesucristo, que ha dicho: Si quieres ser perfecto, ve y vende cuanto tienes y dalo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos, y ven, sígueme" ( 54 ). Y en otro lugar: "Quien quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" ( 55 ). Y además: "Si alguno quiere venir a mí, y no odia a su padre y a su madre y a su mujer y a sus hijos y a sus hermanos, y a sus hermanas, más aún, a su propia vida, no puede ser mi discípulo ( 56 ). Y todo el que por mi amor abandona padre o madre, hermanos o hermanas, mujer o hijos, casas o campos recibirá el ciento por uno y poseerá la vida eterna" ( 57 ). Lo mismo aparece de nuevo literalmente en la Regla de 1221 ( 58 ) y en extracto en la Regla "bulada" de 1223 ( 59 ). Así pues los Frailes están obligados a cumplir resueltamente y en todas sus partes las exigencias impuestas por el Salvador a sus Após– toles y a todos sus discípulos que son llamados a la perfección evan- ( 52) THoM. CEL., II, n. 208. (53) KYBAL, 10. (54) MAT., XIX, 21. (55) MAT., XVI, 24. (56) Luc., XIV, 26. (57) MAT., XIX, 29. (58) BoEHMER, 1; LEMMENS, 24, ss. En LEM1\1ÉNS faltan estas palabras del prólogo: "Evangelii Iesu Christi." Verdad es que esas palabras no se encuen– tran en los manuscritos de llamado Libro de la Porciúncula, pero sí se hallan en la Expositio Regulae (de 1317, resp. 1321-1333) de ÁNGEL DE CLARENo, ed. P. LIVARIUs ÜLIGER, o. F. M. Quaracchi, 1912, p. 12. (59) BoEHMER, 29; LEMMENs, 63.
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