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SAN FRANCISCO Y EL EVANGELIO 31 ter evangélico del conjunto y recordar expresamente a sus Frailes, que ellos en virtud de su profesión estaban obligados a guardar el Evangelio en toda su perfección ( 47 ), puso al principio y fin de la Regla esta solemne declaración: "La Regla y vida de los Frailes Menores es ésta, conviene a saber, guardar el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo... Firmemente hemos prometido guardar el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo" ( 48 ). Sin embargo como algunos Ministros Provinciales se escandaliza– ran de ciertos preceptos de la Regla, por creerlos superiores a las fuerzas humanas ( 49 ) y como Francisco estuviera trabajando solíci– tamente por obtener del Papa la deseada aprobación de la Regla (lo cual sucedió el 29 de noviembre de 1223) ( 5 º) el Santo tuvo la si– guiente visión: Parecíale estar recogiendo del suelo unas pequeñísi– mas migajas de pan para darlas a sus Frailes. Como temiera repartir unas migajas tan pequeñas de miedo que las partículas se le cayeran de las manos, oyó una voz que le decía de lo alto: "Francisco, haz una hostia de todas esas migajas de pan y da a comer de ella a todos los que quieran comer." Hízolo así el Santo, y todos aquellos que no recibieron con devoción o despreciaron aquel don, aparecieron al punto cubiertos de lepra. A la mañana siguiente Francisco refirió todo esto a sus compañeros, doliéndose de no comprender el signifi– cado de dicha visión. Mas poco después estando en oración oyó una voz que le decía: "Francisco, las migajas de pan de la noche pasada son las palabras evangélicas, la hostia es la Regla, la lepra es el pecado" ( 51 ). Por eso estuvo durante toda su vida inflamado del más ardiente celo SABATIER, p. 90) "B. Franciscus, dum fecit regulam, de omni capitulo separatim consulebat dominum, si esset secundum voluntaten suam." (47) "Ut sciant (ministri) orones fratres teneri ad observandam perfectionem sancti evangelii, volo quod in principio et in fine regulae sir scriptum, quod fratres teneantur sanctum evangelium Domini nostri Iesu Christi firmiter obser– vare." Spec. perf., c. 3. (48) Regula II, Opuse., ed. BoEHMER, 29, 35. LEMMENS, 63, 74. (49) Así al menos según la tradición de los Espirituales contenida en el Spec. perf., c. 1-3. Pero cuando esta tradición refiere que Francisco, movido por la enérgica intervención de los Ministros, hizo algunas tachaduras en la Regla que acababa de redactar, se trata sin duda de una leyenda. Pero que Fr. Elías, vicario de la Orden, y los de su partido deseaban una Regla más mitigada, se deduce de lo que cuenta San Buenaventura, a saber: que Fr. Elías dejó perder por descuido el ejemplar de la Regla que Francisco le había entre– gado, y obligó con ello al Santo a redactar una nueva Regla, del todo idéntica a la anterior. S. BoNAV., Leg., c. 4, n. 11. (50) "Tempore, quo de regula confirmanda fiebat ínter fratres collatio, Sancto de huiusmodi negotio vehementer sollicito talia monstrantur in som– niis ... " THOM, CEL., 11, n. 209. (51) THOM. CEL., l. c.; S. BoNAV., c. 4, n. 11.

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