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LA HUMILDAD FRANCISCANA 197 estas gentes." Y cuando el Fraile, aunque fuera contra su voluntad, lo trataba de hombre grosero e inútil, se reía alegremente, le aplaudía y respondía: "Dios te bendiga, hermano, pues dices la pura verdad; tales cosas debe oír el hijo de Pedro Bernardone" (º 2 ). Solamente se alegraba de las alabanzas de los hombres cuando esas se referían a la alabanza de Dios. Predicó en cierta ocasión con mucho éxito en Tcrni. Cuando hubo concluído su sermón, el obispo dijo al pueblo: "En estos últimos tiempos Dios ha esclarecido a su Iglesia por medio de este hombre pobre y despreciable, simple y sin letras. Por eso debemos dar gracias a Dios sin cesar, considerando que no a todos los países ha concedido tal gracia." Cuando oyó Francisco que el Obispo alababa a Dios, y a él le presentaba como hombre despre– ciable, nrrojóse a sus pies y dijo lleno de santa alegría: "En verdad, Señor Obispo, que me habéis honrado grandemente; otros me roban lo que es mío, vos me lo conserváís intacto. Vos ·habéis separado lo precioso de lo vil, dando como hombre discreto a Dios la abalanza y a mí el desprecio" ( 613 ). Así, pues, Francisco quería ser nada más que una sombra en pre– sencia de la luz eterna o por mejor decir quería que aun esa !;ombra desapareciera en la luz divina; Comparaba al verdadero siervo de Dios con un cuadro que representa y glorifica al Salvador o a su bendita Madre María. La imagen no reclama para sí la honra que sólo corres– ponde al Salvador, todo su honor consiste en promover y publicar la gloria de Dios. De igual modo el hombre no es más que una ima– gen que representa los beneficios de Dios; más aún, el hombre es todavía menos que un cuadro de pintura, menos aún que la tabla en que está pintada la imagen, es pura nada .ante Dios; y por eso a Dios solo debe atribuir toda la gloria (U), (62) "Faciebat sibi e regione ab aliquo exprobrari. Vocabat quoque ad se frarrcm aliqucm diccns ei; Per obedientiam tibi dico, ut mihí duriter iniurieris et contra isi:orum mendacia vera loquaris. Cumque. frater ille, licet invitus, eum rusticum, mercenarium et inutilem dicerct, suhridens et applaudens pluri– rnum respondehat: Benedicat tibi Dominus, quia verissimn loqueris, talia cnim dccet audirc filium Petri de Bcrnardone," /bid,, I, n. 53. (OS) "In veritate, ·Domine Episcopc, rnagnum honorem · mihi fecisti. quo– niam quae mea sunr; :mfercntibus aliis,'tu solus illaesa servnsti. Sepnrasti, inquam, prctiosum a vili, sicut discretus horno, Deo laudem, mihi vilitatem rcddcndo." T1mM. Cu,. U, n, 141. (64) "Sicut enim in picturn Domini et beatae Virginis in ligno dcpictn hono– rarur Dominus et beata Virgo, et ramen lignum et pictura nihil sibi attribuunt, sic servus Dei cst qunedam· pictura Dei, in qua Dcus honoratur propter bene– ficium suum, sed ipsc sihi deber attribuere nihil, quia rcspectu Dei minus e&1: quam lignum et pictura, imo est purum nihil, et ideo soli.Deo gloria et honor cst reddcnda, sibi aurcm solummodo vcrecundia et tribulntio, dum vivir inrer miserias huius mundi." Spec. perf ., c. 45. ,,.~ .... - .. L t~. • t ,.~-.. t :, ' . i' :• ' t .. f 1 ~ f:: ., ~\ ~-·