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. · J l •t . _j ., :;:¡ . -~ • -~ ' • . •I _¡ 1 - . :. )i ·" "'t • . i t _;__[ 194 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS diencia cuando tantas veces has respondido lo contrario de lo que J; yo te he mandado?" Contest6 Fray Le6n con mucha humildad y t reverencia: "Dios sabe, Padre mío, que siempre he tenido propósito f· de contestar como tú me mandabas, pero Dios me hace hablar como ,, Él quiere y no conforme a ini agrado." De lo que San Francisco se ~– maravill6 mucho y dijo a Fray León: "Te ruego encarecidamente ~ que por esta vez meco_atestes como yo te diga.''· Fray León contestó: f_ "Dí lo que te plazca en nombre de Dios, que yo te aseguro que esta [ vez responderé como tú quieras." San Francisco, llornndo, díjo: "¡Oh I 1:1iserable Fraf Francisc?! ¿Crees tú 9~e,Dios· t~ndr_á misericordia de f t1?" Fray Lean contesto: "Antes recJbtras de Dios_mnumerables gra- ~ cías, y .serás ~nsalzado · y glorificado en la e~ernídad, porque el - q_ue ( se humilla sera ensalzado: y yo no puedo decir otra cosa porque Dios f habla por boca mía." ·- J "Y de esta suerte, en ·tan humilde porf fa, _ con -muchas lágrimas y t muchos consuel-os espirituales,_ pasaron- la- vigilia- hasta- -que llegó la •¡:_·_ mañana" ( 5 º). -_ En ciena ocasión fué revelado a Fray Pacífico en una visión que Dios había de ensalzar realmente a Francisco en la misma medida que _ él procuraba humillarse y rebajarse. Vió -aquel santo varón en el r cielo muchos_ tronos y uno de ellos más elevado que los '.demás, ador- ¡ nado de piedras preciosas y radiante de gloria. Pasmóse al ver el ~– esplendor de aquel sublime trono y pensaba eh su interior para quién J sería. Oyó entonces una voz que le decía: "E.ste trono era para uno ¡ de los ángeles caídos y ahora está reservado para el humilde Fran- ~– cisco." Cuando el Fraile hubo vuelto otra vez en sí, preguntó a San ¡ Francisco qué opinión tenía de sí mismo, a lo que respondió el Santo: ¡ "Y o creo que soy el mayor de todos los pecadores." Y como el Fraile g opusiera que -eso no era verdad, contestó Francisco: "Si Dios hubiese ~• usado de tanta misericordia con un malhechor cualquiera, sería éste i diez veces más perfecto que yo" ( 111 ). - · _ f Esto -nos permite dirigir una mirada al íntimo santuario de la hu- 1 mildad de Francisco. El Santo se sentía tan infinitamente pequeño e 1 indigno; porque estaba convencido de que todo lo bmno y grande ~ que en él había, procedía únicamente de Dios y pertenecía a Dios. ¡ Esto no quiere decir que Francisco no viera lo bueno que Dios f obraba P?r él.º en él; el no qu,ere! verlo, el negarlo, hubiera s~do o i falta de smcer1dad o cortedad de_v1sta y en todo caso falsa humildad. ¡ Muy al contrario, hallaba en su vida tantas gracias y tantas bondades ¡ . 1 ... (50) Actus h. Francisci, c. 8. .: (51) "Videor mihi maximus peccatorum, quoninm si aliquem sceleratum tanta r fuisset Deus misericordia prosecutus, decuplo· me spiritu:ilior esset." THOM. CEt.. ¡ IJ, n. 123. Cfr. S. BoNAV., c. 6, n. 6; Spec. perf., c. 60. , 1

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