BCCCAP000000000000000000000206

LA HUMILDAD FRANCISCANA 193 ~ 1 y por el más indigno de los hontbres. Las Florecillas nos han conser– j vado sobre este particular una confesión del mismo San Francisco, ¡ la cual lleva en sí inequívocamente el sello de autenticidad. 1 Estando una vez San Francisco, en el principio de la Orden, con ¡ Fray León en un convento donde no había libros para rezar el Oficio i divino, cuando llegó la hora de Maitines, dijo San Francisco a Fray t León: "Carísimo, no tenemos Breviario con que podamos decir los 1Maitines, pero a fin de que no pasemos el tiempo sin alabar a Dios, 1 yo diré y tú responderás .. Jo .que te pr9ponga, y cuida de que no , sufran las palabras alteración de como yo te las enseñé. Yo diré así: ! "¡Oh Fray Francisco! Tú hiciste tantos males y cometiste tantos 1pecados en el siglo que eres digno del ínfierno.1' Y tú, Fray León, f responderás: "Verdaderamente que tú mereces estar en lo más pro– ~ fundo de los infiernos." Y Fray León con sencillez de paloma con– ! testó: "Así lo haré, Padre; comienza en nombre de Dios," Entonces 1 San Francisco comenzó a decir: "¡Oh Fray Francisco! Tú hiciste ! tantos males y cometiste tantos pecados en el siglo, que eres digno '¡ del infierno." Fray León contestó: "Dios hará por ti tanta,¡ obras , buenas, que irás al paraíso." Dijo San Francisco: No digas eso, Fray 1 León, sino que al decir yo: "Hermano Francisco, tú has hecho tantas · iniquidades contra Dios que eres digno de ser maldecido de Dios", contestarás así: ''Verdaderamente eres digno de estar entre los ré– probos." Y Fray León contestó: "Así lo haré, Padre." Entonces San Francisco, con muchas lágrimas, sollozos y golpes de pecho, dijo en alta voz: "¡Oh Señor mío, Dios del cielo y de la tierra! Yo he cometido tantas impiedades y tantos pecados· contra Ti, que cierta– mente soy digno de tu reprobación eterna," Y Fray León contestó: "¡Oh Fray Francisco! Dios te hará cal, que entre los benditos serás singularmente bendito." Y San Francisco, maravillándose de que Fray León le contestase lo contrario de lo que le había mandado, se lo reprendió diciendo: "¿Por qué no respondes tú lo que yo te enseño? Te mando por santa obediencia que repitas lo . mismo que yo ·te ense– ñaré. Yo diré así: "¡Oh Fray Francisco! Desdichado, ¿piensas tú que Dios tendrá misericordia de ti después de haber cometido tantos peca– dos contra el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, y que serás digno de alcanzar misericordia?" Tú, Fray León, ovejuela, contestarás: De ningún modo eres digno de alcanzar misericordia." Pero cuando San Francisco dijo: ¡Oh Hermano Francisco! Desdi– chado, etc., Fray León contestó: "Dios Padre cuya misericordia es infinitamente mayor que tu pecado, hará contigo gran misericordia y además te colmará de innumerables gracias.'' Al oír la respuesta, San Francisco dulcemente enojado y pacientemente turbado dijo a Fray León: "¿Por qué tienes la presunción de obrar contra la obe- i. !t ' ' ~-- . ,·

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz