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LA HUMILDAD FRANCISCANA 191 deseo de santidad, en manera alguna soy Fraile Menor." Y añadió: "En las prelacías hay peligros de caída, en las alabanzas prec1p1c10 1 en la humildad del súbdito ganancia del alma. ¿Por qué, pues, bus– camos los peligros más bien que las ganancias, estando en ocasi6n de ganar?" ( 43 ). Cuán en serio decía estas palabras, lo demostró con los hechos. Pues tan pronto como el estado de la Orden pareció permitirlo renun– ció al generalato, no siendo suficientes todas las lágrimas y ruegos de los Frailes para hacerle desistir de dar aquel paso. "Es que, como nota Tomás de Celnno, quería conservar la virtud de la santa humildad; desde entonces permaneció súbdito hasta su muerte, portándose más humildemente que cualquier otro Fraile" ( 44 ). En un principio consintió en tener de continuo consigo un compa– ñero, porque a consecuencia de su grave enfermedad de los ojos no podía guiarse solo, Pero pronto despidió también a este Fraile, dicien– do al Vicario Géneral Pedro Catanii: "No quiero parecer un hombre singular teniendo el privilegio de llevar conmigo un compañero espe– cial; sino que los Frailes me acompañen de un Jugar a otro, como Dios les inspirare." Y añadió: "Yo vi en una ocasión a un dego que no tenía más que un perrito para guía, ¡y yo voy a parecer de mejor condición que él!" (•~). Para evitar toda apariencia de presunción, no gustaba tampoco de habitar en los palacios de los grandes señores, aunque fueran príncipes de la Iglesia. Sin embargo en cierta ocasión instado por el Cardenal León de Santa Cruz consintió en morar en su casa. Pero en la primera noche, cuando después de hacer sus oraciones se disponía a retirarse para descansar, fué duramente atacado· y hasta maltratado por el de– monio. Llamó entonces a su compañero y le dijo: "Yo creo, hermano, que los demonios, que no pueden hacer más de lo que la providencia ( 4 3) "Non mihi videor frater minor, nisi fuero in statu, quem tibi descripse– ro... Ecce praelnrus exisrens fratrum vado ad capitulum, praedico et commoneo fmtres, et in fine dicitur contra me: Non convenir nobis illiteratus et con– temptibilis, ideo nolumus te regnare super nos, quia elinguis es, simplex et idiota. Tandem eiicior cum opprobrio, vilipensus ah omnibus. Dico tibi, nisi eodcm vultu, eadem 'mentis laetitia, codem sarictitatís proposito hace verba audiero, fmtcr minor ncqunquam sum... In praelatione casus, in lnude praecipitium, in humilitate subditi animae lucrum est. Cur ergo periculís plúsqu:un lucris :mcn– dimus, cum tempos ad lucr:mdum cepimus." THOM. CEL., II, n. 145. (14) "Ad servandam humilitatis sanctae vircurem.,. Pcrmansit exinde subditus usquo ad mortcm, humi!ius agcns quam aliquis aliorum." THOM, GEL,, II, n. 143. ( 45 ) "Nolo videri singularis hac praerogativa libertatis, ut habeam socium specialem, sed fratres me de loco ad locum associent, sicut Dominus inspiraverit eis..• Vidi iam unum caccum, qui non habebat nisi unum catulum ducem sui itineris, et ego volo videri rnelior illo." Spec. perf., c. 40.

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