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EL MANTENIMIENTO DE LA VIDA EN LA ORDEN FRANCISCANA 177 A los que vienen a ellos no les dan más que la túnica y la cuerda y dejan todo lo demás a la Providencia de lo alto. Y de hecho el Señor tan manifiesramenre da a sus siervos el ciento por uno ya en este mundo y a cada paso, dondequiera que vayan, y tan continuamente tiene fijos en ellos sus ojos, que vemos cumplidas en ellos a la letrn aquellas palabras de la Escritura: Dios .ama al extranjero y le da ali– mento y vestido (1fi 2 ). Por muy dichosos se tienen aquellos cuya hos– pitalidad y limosna aceptan los siervos de Dios" (rn 3 ). Los Tres Com– pa1ieros confirman lo mismo por propia experiencia: "El Señor siempre proporcionaba albergue a los Frailes,. y hacía que se les diera todo lo necesario" ( 1114 ), Y Tomás de Celano teniendo en cuenta la vida entera del Santo Fundador puede asegurar: "No sólo la creación servía a este hombre a cualquiera indicación, sino que también 1a Providencia del Creador estaba en todas partes a su libre disposición. Pues aquella bondad paternal se adelantaba a sus deseos y los llenaba, antes· de que hubieran sido manifestados. Siempre iban juntas la falta de las cosas y su provisión, el deseo y la realización" (1 50 ); · Si la providencia ordinaria no bastaba, Dios acudía a un medio extra– ordinario y aun .milagroso para proveer la mesa de San Francisco y de sus hijos. Volviendo el Santo de ·Roma con sus once discípulos, llegaron un día cansados y hambrientos a. una comarca desierta, donde no era posible encontrar alimento. De pronto apareció ante ellos un hombre, les dió un .. pan y desapareció. Los "pobres de Dios" vieron en este milagroso alimento la mano del Señor, ·que confirmaba y premiaba su confianza en la Providencia, y se animaron mutuamente a esperarlo todo de la nli5ericordia de Dios ( 1511 ). 1 Algunos años más tarde (1212-1213)embarcóseFrancisco con dircc– ci6n a Siria, pero fué arrojado a las costas de Eslavonia, y después de una larga y peligrosa travesía volvió a desembarcar en Ancona. Los marineros habían rehusado admitir en la nave a un hombre tan falto de recursos; pero Dios de una manera providencíal no- sólo propor– cionó el necesario sustento al Santo, sino que además por medio de éste dió alimento a toda la tripulación durante la tempestuosa nave– gación. Así resultó que aquellos que no habían querido recibir con– sigo al pobre, fueron salvados por él y alabaron con él la Providencia de Aquel que nunca abandona a sus pobres ( 167 ). · (15!!) Deut., X, 18. (153) Historfo orienta/is, lib. 2, e, 32, en BcmHME.R, Analekten, HH. (Hi4) Tres Socii, n. 46. · (155) TnoM. CEL. Tract. de mirac., n. 33, (166) TrmM. CEI,. I, n. 34. (Hi7) TnoM. CF.1,. Tract. de mirac., n. 33. j J r ' ! -~- . í ¡.· r t · 1 ' }· r-' " ¡, · l. ¡.
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