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.! 160 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS rio" ( 82 ). Debían ser alimentados por aquellos a quienes anunciaban la palabra de Dios ( 83 ). Por esta regla se rigíeron el mismo Cristo y los Apóstoles ( 84 ). En ella se apoyaba también San Pablo: "¿No tenemos potestad de comer y de beber? ¿Quién jamás prestó el servicio militar a sus expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿Quién apacienta un rebaño y no come de la leche del rebaño? . .. Si nosotros os sembramos lo espiritual, ¿será mucho si segáremos de lo vuestro carnal? . . . Así también ordenó el Señor a los que anuncian el Evangelio, que vivan del Evangelio" ( 85 ). Francisco estaba tan claramente convencido de esta verdad, que delante de Inocencio III, que temía por el mantenimiento del nuevo colegio apostólico, declaró sencillamente: "Si Dios da bienes tempo– rales a los pecadores para que puedan alimentar a sus hijos, mucho más dará a los varones evangélicos el sustento, que les es debido" ( 86 ). ~.· Según esto, quería el Santo que los clérigos de la Orden, cuya pro- i fesión era ~l apostolado, se emp~easenfsólo endtra?adjos idntclectuales y ¡ que por ningunas otras ocupaciones . uesen . esv1a os e estos estu- 1 dios ( 87 ). ·. t Había sin embargo una ocupación, que debía estar por encima de , toda otra actividad corporal y espiritual: la oración. ''Los Frailes, 1.• advierte Francisco en el precepto de la regla acerca del trabajo, los ¡ Frailes a los cuales el Señor dió gracia de trabajar, trabajen fiel y devo- ª. tamenre, de tal manera que no maten el espíritu de oración y devo- 1 ción, al cual las otras cosas temporales deben servir)t ( 88 ). Por lo , demás, la oración es el principal trabajo corporal y espiritual, ya que : ella pone completamente al servicio de Dios no sólo la inteligencia, la ti voluntad y el corazón, sino también los sentidos y facultades corpora- ~ les. Por lo mismo la oración es a la vez el más importante beneficio 1.•·: caritativo y social del franciscano para con la humanidad y por l w (82) MAT., X, 10; Luc., X, 7. Í (83) Luc., X, 7. l (84) Luc., VIII, 1-3; XXII, 35. ~ (86) I CoR., IX, 4, 7, 11, 14. Si a pesar de ello el Apóstol de las Gentes • vivía del trabajo de sus manos, asegura siempre que Jo hacía por su propio i gusto y por dar buen ejemplo. / Cor., IX, 12, 15; I Theu., II, 7-9; 11 Tbess., ~ III, s s. li (86) "Si enim Dcus peccatoribus donat bona temporalia propter nutrien- 1 dorum filiorum amorem, multo magis viris evangclicis, quibus haec debentur r ex merito, largietur." Tre; Socii, n. 51. ~ ( 87) "Ministros verbi Dei tales volebat, qui studiis spiritualibus intendentes í nullis aliis praependirentur officiis." TuoM. CEL., U, n. 163. j (88) Regula, II, c. 5. Ni siquiera la enseñanza y el estudio de la Teología l ha de ser con perjuicio del espíritu de oraci6n, según escribe Francisco a San f Amonio: "Placee mihi quod sacmm Theologiam Fratribus legas, dummodo ¡j propter huius studium sanctae orationis spiritum non excingu:mt." BoEHMEB, 71. , i 1 ( i
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