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100 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS cual, prescindiendo de algunas otras insu·ucciones, se componía sólo de aquellos textos sobre la pobreza que había oído leer en el Evan– gelio el día de la fundación de la Orden (1 8 ). Delante de Inocencio III defendió esta Regla de la pobreza con una elocuencia tan avasalla– dora, que el Santo Padre la aprobó por fin, aunque abrigaba no pocos temores sobre la posibilidad de su cumplimiento ( 10 ). También al redactar la Regla segunda y la tercera y definitiva el santo Fundador se dejó siempre guiar de su abrasado amor a la pobreza; pues aunque obligado por las circunstancias tuvo que ampliar y en gran parte transformar la legislación primitiva, "sin embargo en todas sus Reglas recomendaba ante todo la pobreza" ( 2 º). Este mismo verdadero amor de esposo que Francisco profesaba a la Dama Pobreza, irradiaba en toda su vida, ardía de continuo en su corazón y asomaba sin cesar a sus labios. A menudo predicaba a sus discípulos sobre la pobreza, recordándoles aquel pasaje del Evangelio: "Las raposas tienen cuevas y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza" ( 21 ). Con frecuencia repetía estas palabras: "En la medida que los Frailes se aparten de la pobreza, se alejará también el mundo de ellos, y buscarán y no encon– trarán. Pero si se mantienen fieles a mi Señora la Pobreza, entonces el mundo los alimentará, porque han sido dados al mundo para su salvación." Estaba ligado a la Señora Pobreza con lazos indisolubles y esperaba de ella la dote no en esta vida sino en la otra. Cantaba con más ferviente afecto y con más alegre júbilo aquellos salmos que tratan de la pobreza, como aquel: "La esperanza de los pobres no perecerá para siempre", y aquel otro: "Vean los pobres y alégrense" ( 22 ). Con frecuencia saludaba a la esposa de su corazón exclamando: "¡Oh mi Señora santa Pobreza! Dios te salve" ( 23 ). A todos momentos alababa (18) THoM. CEL. I, n. 32. (19) THoM. CEL. I, n. 32-34; Tres Socii, n. 46-53. (!O) " •.• ut in omnibus regulis suis commendaret potissime paupertatem, et omnes fratres sollicite redderet de pecunia evitanda; plures enim regulas fecit et eas expertus est, priusquam faceret illam, quam ultimo reliquit fratribus." Tres Socii, n. 35. (U) "Saepe vero de paupertate sermonem faciens, ingerebat fratribus evan– gelicum illud: Vulpes foveas ... " S. BoNAV., c. 7, n. 2. (U) "Nonnumquam etiam hace ingeminabat Sanctus: Quantum fratres decli– nabunt a paupertate, tantum mundus declinabit ab eis, et quaerent, inquit, et non invenient. Sed si Dominam meam Paupertatem complexi fuerint, mun– dus eos nutriet, quia mundo dati sunt ad salutem. . . . indissolubili itaque vinculo Dominae Paupertati connexus, non praesentem, sed futuram eius dotem expec– tat. Psalmos, qui paupertatem sonant, ut illud: «Patientia pauperum non peribit in finem» et: «Videant pauperes et laetentur», ferventiori affectu et laetiori iubilo decimtabat." THoM. CEL., II, n. 70. (U) "Domina sancta Paupertas, Dominus te salvet!" Opuse. ed. LEMMENs, 20, BoliHMER, 64.
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