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LA CONSAGRACIÓN DE CABALLERO 53 con miras a favores humanos. ahora, como caballeros espirituales, han de procurar observar una conducta santa, ofrecer su vida por Cristo y amparar a los pobres y a las iglesias (16). Pero Francisco había recibido la orden de caballería directamente ,del supremo Señor feudal. En el lenguaje caballeresco de su tiempo, aquel mandato recibido ele la cruz, significaba que él quedaba agregado a los vasallos (ministeriales), a aquella clase de gentileshombres em– pleados en la casa y en la corte del rey, ocupando cargos honoríficos. Este acontecimiento de San Damián lo penetró y transformó comple– tamente. No pensó ya más en la caballería mundana, en que durante tanto tiempo y con tantas ansias había soñado. Toda su vida se sintió indeciblemente dichoso, corno "vasallo del santo Cristo que fué marti– rizado por nosotros". (16) Ya en la más antigua Regla de Caballeros leemos estas exhortaciones de San Bernardo de Claraval: "Praefatio Regulae Commilitonum Christi... Hortamur itaque vos, qui usque nunc militiam srecularem, in qua Christus non fuit causa. sed solo humano favore amplexi estis, quatenus horum unitati, quos Deus ex massa perditionis elegit et ad defensionen sanctre ecclesire gratuita pietate composuit, vos sociandos perenniter festinetis. Ante omnia autem, qui– cumque es, o Christi miles, tam sanctam conversationem eligens... ut, si pure et perseveranter observetur, ínter militares, qui pro Christo animas suas dederunt, sortem obtinere mereberis. In ipsa namque refloruit iam et revixit ardo militaris, qui despecto iustitire zelo non pauperes aut ecclesias defensare, quod suum erat, sed rapere, spoliare, interficere contendebant ". HoLSTENIUS, Code.t: Regularum, II, 13r; G. ScnNÜRER, Die 11rsprii11gliche Templcrre_qel, Frihurgo de Br., r903, 130.
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