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42 EL CABALLERO DE CRISTO FRANCISCO DE ASÍS En Asís un noble hacía preparativos para marchar hacia Apulia. Rápidamente se resolvió Francisco a seguir a ese noble, que había sido su compañero de guerra en Collestrada y de cautiverio en Perusa, para merecer la acolada al lado del conde Gentile (13). El conde Gentile de Manupello, que era hermano del canciller real de Sicilia y Apulia, habíase distinguido en la victoriosa batalla ele Palermo contra l\fark– wald de Anweiler y pronto logró tanto ascendiente, que algunos lle– garon a sostener que aspiraba a la corona real del sur de Italia (14). Como quiera que sea, Francisco estaba persuadido ele que en las filas del conde, y haciendo prodigios de valor, iba a merecer el título de caballero. Procuróse, pues, caballo y armas y se hizo preparar mag– níficos vestidos, para presentarse cual convenía a un caballero ( I 5). Pero aún más que eso 1c interesaba la generosidad caballeresca, en la cual llevaba gran ventaja a su noble conciudadano (16). La víspera ele sn partida tropezó con un caballero tan miserable– mente vestido que no podía tomar parte con él en la empresa de Apu– lia. Francisco no vaciló un momento: "Por amor de Cristo'' - elijo y al punto elespojóse del precioso traje que estrenaba aquel día, y se lo regaló a su compañero de armas (17). Algunas horas más tarde se echó a descansar. -C~ltirna noche en el hogar paterno. Largo tiempo tardó en conciliar el sueño. lVIil audaces planes agitaban ;;u alma. Fieras escenas de batalla rondaban su fan– tasía. Su pulso latía impaciente en espera de la próxima marcha. Por fin el sueño consiguió dominarlo. de ocurrir luego de esa fecha, pues de lo contrario faltaría tiempo para los acontecimientos de la vida de Francisco hasta su conversión definitiva. (13) Socii, 5. (D. A. C., 7f)8.) - Mientras que la mayoría de los biógrafos, desde S.rnATIER (l'ic de S. Franrois, 3 cd., Paris, 1904, 19) hasta FoRTINI (obra citada. 99), repiten que Francisco partió con el conde Gentile; los Tres Com– pañeros cuentan expresamente que marchó a A¡mlia con un noble desconocido de Asís, para allí "ser armado caballero por cierto conde llamado Gentile". Creíase hasta ahora que era imposible identificar a este conde, porque había un gran número de personas que llevaban ese nombre de Gentile. Pero en las luchas wstenidas por el reino de Sicilia, a que pertenecía el ducado de Apulia, se mcucntra sólo uno que lleve ese nombre, el conde Gentile de 1fanupello. Apenas puede, pues, dudarse de que de ése esperaba Francisco recibir el espaldarazo. (1 ¡) 1,~¿,ase sobre él Hu1LLARD-B1dmoLLES, Historia Diplomatica Friderici Scrnndi. I, 1 .• p. 48; Gesta I1moce11tii Il I, caps. XXVI, XXXII, XXXIV, col. 5r, s<i., tí1. - Que tanto el canciller real como su hermano, el conde Gentile de Manupello no eran inaccesibles a las intrigas y engaños, puede deducirse con demasiada claridad de los datos de Gesta Imiocentii JI J. (15) Ce!. I. 4; Socii, 5. (B. A. C., 288, 1 98,) (16) Socii. 5, (B. A. C., ib.) (17) Ce!. II, 5; Socii, 6. (B. A. C., 388, 799.)

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