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J 34 EL CABALLERO DE CRISTO FRANCISCO DE ASIS fortaleza. Jóvenes y viejos tomaron parte en la obra de destrucción con tal zaña que sólo quedaron los cimientos y las partes inferiores de los muros (2). Luego el resentimiento popular se dirigió contra los cas– tillos de los señores feudales situados en el país: ninguna torre, ningún edificio, ninguna muralla se respetó. Cuando el siglo xn tocaba a su fin, el poder imperial y el señorío fenclal quedaban quebrantados en Asís y sus alrededores, establecida la administración comunal independiente, asegurada la libre conmnidarl de la ciudad. La dirección del levantamiento la llevaron en Asís los mercaderes. cuyo gremio aquí, como en todas las ciudades italianas, estaba al frente ele la revolución política. Lo cual es bien comprensible si se tiene en cuenta que ellos no sólo eran los ciudadanos más ricos y considerados, sino también los que más sufrían bajo los señores feudales, quienes desde sus castillos cerraban las rutas comerciales, cobraban pontazgos y peajes y con frecuencia robaban a mano armada a los mercaderes. Pedro Bernardone se señaló sin duda en el derrocamiento del señorío feudal g-ibelino y en el establecimiento ele la nueva adminis– tración comunal, ya que más tarde el cronista Mariano lo llama bien– hechor y proveedor ele la república (3). Asimismo Francisco, que entonces contaba de dieciséis a dieci– ocho años, debió ele participar en la lucha por la libertad de su ciudad natal y aclamó con júbilo a la naciente república. Pero la alegría fué de corta duración. Los barones humillados dirigiéronse a la vecina Perusa y consiguieron allí el derecho de ciu– dadanía (4). Perusa había sido sempiterna contrincante ele Asís. Am– bas ciudades competían en extensión, comercio, riqueza, independen– cia. Cada una de ellas procuraba fortalecerse por medio de alianzas y conquistas, para poder aplastar a su poderosa rival. La guerra más grave en consecuencias fué la que Perusa comenzó en 1200 y continuó, con interrupciones, durante diez años, aparente- (2) La Rocca maggiore fué reconstruída en 1365 por el Cardenal Albornoz. La nueva construcción se alzó sobre los restos del antiguo castillo, que aún hoy son en parte distinguibles. Más noticias en A. BR1zz1, Della Rocca di Assisi. 35 y sigs. (3) "Reipublicae benefactor et provisor". \V' ADDlNG, Annales, vol. I, Ap– paratus, c. 4, n. 28. (4) Í'ORTINl, 71 y sigs., da a conocer, según documentos ele archivos, los nombres ele los desertores ele Asís y el texto del contrato celebrado con ellos. También las siguientes noticias ele la guerra entre Asís y Perusa se apoyan en documentos descubiertos por él por primera vez.

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