BCCCAP000000000000000000000205

EL TROVADOR Y JUGLAR DE DIOS Ancona, llevando de compañero a Fray Gil. Ambos "iban muy llenos <le gozo en el Señor, y el santo varón bendecía y glorificaba la bondad del Altísimo, cantando en francés, con voz clara y potente, las alaban– zas del Señor" (73). Iríamos demasiado lejos si quisiéramos demos– trar que en adelante la vida de Francisco estuz·o acordada y templada para la alaban::;a de Dios. También su ·vida de oración era una casi ininterrumpida alaban::,·,1 de Dios. De una manera o ele otra todas sus prácticas ele piedad aca– haban en alabanza del Señor (74). Había compuesto una paráfrasis ,del padrenuestro, cuyo bajo o base viene a ser una continuada ala– banza de Dios. A su padrenuestro añadió aún unas laudes propias, en las que se revela todo el ardor ele su corazón. Tenernos que renunciar al placer ele reproducir aquí el texto ele dichas laudes. El Santo re– zaba su paráfrasis del padrenuestro con su laudes al princi~)io de cada hora del Oficio divino y del Oficio de la Yirgen (75). Si se hallaba, como ocurría con frecuencia, arrobado en contemplación extá– tica, sus frailes entretanto debían alabar a Dios y rogar al Señor por él (76). Y es que también a sus frailes les había educado para la alaban::;a de Dios. Ya en la primera hora, cuando apenas llegados al número de doce, los llevó a Roma para presentarlos al Papa, les mandó que en el camino "sólo se hablase ele la gloria y alabanza ele Dios y del provecho del alma" (77). Inculcábales una y otra vez que la vida del fraile menor debe estar ordenada ele tal manera que venga a ser un ,canto ele alabanza a Dios y excite a los demás a la alabanza ele Dios (78). A los frailes ele Francia escribió en cierta ocasión al aire libre, bajo la lluvia, una carta para exhortarlos a regocijarse y can• tar loores a la Santísima Trinidad: "Alabemos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo" (79). Los frailes debían ser, como él, apóstoles de la alaban::;ci de D·z'.os en medio del pueblo. En su Regla ele 1221 intercaló amonestaciones sobre la alabanza ele Dios, que los frailes habían ele dirigir a las gen- (73) Socii, 33. (B. A. C., 815.) (74) Véase FELDER-lRA1zoz, Los Ideales de S. J,rancisco de Asís. II. 226 siguientes. (75) Opuse., II9-123. (B. A. C., 65 sigs.) (76) Socii, 15. (B. A. C., 805.) (77) Socii, 46. (B. A. C., 824.) (78) Socii, 58. (B. A. C., 833.) (79) EccLESTON, De ad,;c¡¡fu Fratrum Millorum in Angliam, col!. \·I, ed. L1TTLE, París, 1909, 40. 9

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz