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128 EL CABALLERO DE CRISTO FRA:-l"CISCO DE ASÍS rimada en latín, que tan en boga estaba en su tiempo, ni de productos de la poesía artística cortesana, tal corno la cultivaban entonces los trovadores provenzales y más tarde los italianos. La poesía no está ligada ni a una lengua determinada ni a una medida y rima: habla todas las lenguas y se expresa lo mismo en prosa que en verso. Las Alaban:::as de Dios, la Salutaciún de María y el Cántico di!l Sol ele! "Poverello" son perlas de poesía espiritual, aunque las dos rrimera;< están escritas en humilde prosa latina, y el último, en sencilias es– trofas asonantadas del italiano en vías de formación (68). Ellas no,; hacen penetrar en el mundo poéticamente iluminado de sentimiento:-; y oración de San Francisco y reflejan vivamente el alma del Trovador y Juglar de Dios. Alaban.~as de Dios. Es evidente que la alabanza de Dios tiene una importancia capital en la vida de los cristianos y en especial de los santos. Pero en el "Poverello" adquiere tal extensión y forma tan marcada, que casi JFl tiene par en la hagiografía. Además es notable que en él tiende siem– pre a expresarse en francés. Es natural ver en esto, corno en sus can– ciones en general, un influjo e impulso de la épica carolingia. Como los autores de cantares de gesta y los juglares andariegos cantaban la gloria de Carlomagno y las proezas de sus paladines, a;,Í el Ca– ballero de Cristo quería publicar ante todo el mundo las alabanz::i.s y loores de su Señor soberano. Apenas admitido al servicio caballeresco ele Cristo, empezó "a ha– cer resonar por los bosques con grande alegría ele e,-;píritu y voz po– derosa las alabanzas del Criador" (69). Poco después volvió a su ciudad natal y "por calles y plazas cantaba como ebrio de espírittt las alabanzas del Sefior" (70). En cierta ocasión advirtió el noble Bernardo de Quintavalle que Francisco se pasaba noches enteras "ab– hanclo a Dios y a la bienaventurada Yirgen lVIaclre" (71 ). ::\[oviclo por ello, juntóse Bernardo al varón ele Dios y repartió sus bienes a los pobres, "mientras Francisco alababa y glorificaba al Sefior" (72). Más tarde emprendió su primer Yiaje apostólico por la l\Tarca ele (68) MoN.\CI, Crestoma::;ia italiana dci J•ri:ni sccoli, Cittii. di Castello, 1912, 29, caracteriza al Cántico del Sol como "prosa rimada o arnnantada •·. (69) Cel. I. r6. (B. A. C., 296.) (70) Socii, 21. (B. A. C., 809.) (7 r) C el. l. ;:q. (B. A. C.. 3or.) (72) Socii, 30. (B. A. C., Sq.)

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