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AJ\IOR CABALLERESCO A DAMA POI:REZ.\ cielos; os ha hecho pobres de cosas temporales, pero ricos en virtudes. Esta sea vuestra porción, la cual os conduce a la tierra de los vivien– tes. Abrazados a ella totalmente, carísimos hermanos, y en nombre de nuestro Señor Jesucristo, ninguna otra cosa debajo del cielo que– ráis tener" (58). Si pasamos la mirada por lo que llevamos dicho, involuntariamente quedamos sobrecogidos ele asombro y respeto ante el amor de San Fran– cisco a la pobreza. Ahí se nos revela como hombre iluminado ele Dios, que comprendió en toda su profnncli<lad y altura el Evangelio de la pobreza y, aun podemos decir, la teología y la mí,-tica ele la pobreza. Muéstrase como Caballero de Cristo; más aún, como valerosísimo y ficlelísimo paladín, que cuidó y amó a la compailera de su Señor soberano por causa de éste e igual que éste. Por fin se caracteriza como auténtico trovador feudal, que dedicó sus alabanzas y sus can– ciones y su vida a su noble Dama Pobreza. (58) Regula, II, c. 6, Opuse., 68 sig. (B. A. C., 29 sig.)