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CAPÍTULO X AMOR CABALLERESCO A DAMA POBREZA Como el Caballero de Cristo amaba a su Señor, amaba a su Seño– ra Dama Pobreza. Desde el momento que se hizo vasallo del Altísimo, empezó a pretenderla. En cuanto el Crucificado le dió la acolada ha– ciéndolo caballero suyo, el corazón de Francisco perteneció por igual a la esposa de la cruz : Y ante la corte espiritual con ella se desposó por siempre coram patre y su amor cada día fué más fuerte. Dos años de infinita felicidad había pasado ya al lado de esa es– posa, cuando Dios confirmó para siempre su alianza de amor (1). escribió la obra entre 1240 y 1255. Entonces era todavía escudero seglar (vv. 376, 3253), pero pedía a Dios, por intercesión de San Francisco, la gracia de su con– versión (vv. 3249-3256): Señor Dios, dame por él la gracia que a él le hiciste, de que el mundo se me vuelva a mi vez odioso y triste. San Francisco, ya que tú, cual yo soy, mundano fuiste, alcánzame del Señor la gracia de convertirme : así tendré yo provecho, y tú, gloria y prez insigne. Tuvo trato con Fray Bertoldo de Ratisbona y otros Franciscanos (v. 1750 siguientes); pero no se sabe si posteriormente entró en la Orden. (1) Anteriormente, a propósito de la vocación apostólica de Francisco y sns compañeros, hemos citado los episodios de la consulta de los Evangelios (cap. 8, pág. 79). Pero ahora debemos volver sobre ello, porque es fundamental para la vida de pobreza de los frailes. Por lo demás, este capítulo se basa en su mayor parte en Los Ideales de San Francisco, en cuyos capítulos 5-6 hemos tratado ampliamente todas las cuestiones referentes a la pobreza.

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