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EL CABALLERO DE CRISTO Y SU SEÑOR 101 hiera considerado poco caballeresco llevar en sí las señales de la cruz de su Señor y no padecer todo el tormento de la crucifixión. Luego de la impresión de las Llagas, su cuerpo empezó a ser probado con do– lencias más agudas que las hasta entonces experimentadas (52). En primer lugar se vió atacado de una grave enfermedad de los ojos, que no le dejó hasta la muerte, dió ocasión a crueles intervenciones quirúrgicas y acabó en ceguera casi total (53). Seis meses antes de su tránsito, su pobre hermano cuerpo se vió tan apretado de diversas enfermedades que apenas le quedaba un miembro sano. El estómago rechazaba casi todo alimento; los pies y las piernas se le hinchaban desmesuradamente ; tenía frecuentes vómitos ele sangre. Demacrado hasta parecer un· esqueleto, no era ya más que un retablo de dolores. Él mismo confesó que juzgaba más duro sufrir estos tormentos que soportar cualquier martirio (54). Un fraile sencillo, compadecido ele él hasta derramar lágrimas, le dijo (55): "Padre, pide al Señor que te trate con más hlandnra, pnes parece que te hace sufrir con demasiado rigor''. Al oír estas palabras, el Santo dijo en alta voz: "Si no conociera tu excesiva simplicidad, huiría en adelante tu trato, por haberte atrevido a censurar los altos juicios que el Señor ha formado sobre mí". Después, aunque estaba destrozado por larga enfermedad. echóse en tierra y besando el suelo., elijo: "Gracias te doy, ¡ oh, Señor y Dios mío!, por estos mis dolores, y te pido que los centupliques, si place a tu divina voluntad. Pues será para mí cosa en extremo agradable que, afligiéndome con dolores, no me tengas compasión, ya que en cumplir tu santísima voluntad en– cuentro yo los más inefables consuelos". Como siempre había estado en la cruz, perseveró en ella hasta la muerte y desde la cruz emprendió el vuelo hacia la compañía ele los espíritus celestiales (56). Fray Elías ele Cortona, vicario y sucesor ele Francisco en el go– bierno ele la Orden, comunicó con el corazón conmovido la partida del seráfico Padre; pero no pudo menos de exclamar (57): "Os anuncio (52) Ce!. I, 97. (B. A. C., 349.) (53) Cel. I, 98, 99, ro3, ro5, ro8; 11, .1.¡, 0..¡, 120, 166; Tract. de mirac., 14. (B. A. C., 350 sigs.) (54) Cel. I, ros, ro¡. (B. A. C., 355, 356.) (55) Bonav., 14, 2. (B. A. C.., 622 sig.) (56) "In cruce perseverans ad sublimium spiritumn gradum meruit advolare. Semper enim in cruce fuit" ... Cel. I, rr5. (B. A. C., 363.) (57) Epistula fratris Eliac de frailsit11 s. Prancisci, l. c. de "Acta SS.", y en LEMPP y BOEHMER,