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EN LA .Aita.uc.Hdx IS-1-S-1859 y pt'oVerbial espmtu de· independencia de los indios, y sobre todo, de la considerabl e disminuciói1 de l\'Iisionero s debida á las pasadas vicisitudes y sobre todo á qu e: se había cegado la fuente principal de obi·er·os" ap'ostóli é:os, que 1 mandados por los Reyes de Espafia y amparados po r su Consejo de Indias, ingresaban periódicamente en e l Colegio de Chillán, en ti empo del régimen colonial. Rotas á la sazón las r elaciones jerárquicas con sus h~rrnanos de la Madre Patria é independie ntes de hecho y de derecho, r educidos á los propios medios de propa– gación y á los element os puramente nacional es, los Fra1 • ciscanos no pudieron hacer fre nte con el éxito de anta fi o á la obra de las .misiones y ésta fué la razón que mo vió al Gobiern o del P residente don i.VIanuel Bulnes á solicitar de la Sagrada Congregación de Propaganda Ficle . el aL!,<ilio y cooperac ión ele una Orden Misionera ex tranjera . pa ra compartir con los misioneros del Colegio de San 11- defonso de Chillán, las tareas del apostolado. El primer paso que se clió en este sentido, fué por iniciativa del gobierno del señor Tocornal e n 1835, el cual por med io del Rdo. P . Zenón Baclía, em·iado á R oma con este obj e to , pidió una expedición ele 24 Padres Fran – ciscanos italianos para que, incorporados en el Coleg io ele Chillán , remediaran la penuria ele misioneros : estos 24_ Padre s llegaclosá Chile el afio 1837 se dedicaron des– de luego á las mision es ele infieles, y después exclusi\·a– mente en las islas ele Chiloé, ocupando desde luego el Colegio de Castro fundado por el Rdo. P. L 1 nzmrun– zaga. . Con esta oportuna ayuda, que fué aumentada periódi– camente, pudieron lo s misioneros del país atender mE:jor sus reducciones de ]a .:-\raucanía; pero luchando siempre

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