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70 J\USIONl,;S DE LOS PP. (;,1.PUCHINOS H. Estarlo de sus misiones ;í, la tlegatla rle los l'P. C11¡11whinos Sin descanso trabajaban en sus respectivas demarca– ciones de misi ón los PP. Franciscanos y Jesuítas, cuan– do sobrevino á la ínclita Compañía de Jesús la fiera per– secución que los Pornbal y Arancla movieron en Por– tugal y Espai'la, arrancando del débil déspota Carlos III_. el decreto ele expulsión de todos los dominios españoles en 1767. :\Iayor desgracia que para los misioneros sacrificados fu é para innumerables almas, que quedaron desampara– das ele todo auxilio espiritual, sobre todo las de los pobres indios araucanos que ellos evangelizaban con tanto celo . Ya dejamos dicho cómo el mismo Rey perseguidor quiso prevenir estas fatales consecuencias , aunque bien puede creerse que no lo hizo por miras espi rit uales; y cómo mandó que los PP. Franciscanos se hicieran cargo d e las conversiones tenidas por los Jesuítas al lado sur de_! río Bio-Bio, á lo que gozosos accedieron los hijos de San Francisco, quedando desde entonces tocia la Arau– canía bajo la jurisdicción del Colegio de San lldefonso. En el afio r 79 7, el Sumo Pontífice, Pío Vl, por su Breve • Ceduta Romam· Pontifi,ds» declaró los Colegios to.dos ele Misiones sujetos inmediatamente á la Congre– gación ele Propaganda Ficle, independientes por lo tanto , ele, : la jurisdicción de los Padres Provinciales en cuyo territorio estaban enclavados; y al efecto nombró Pre– fectos Apostólicos que los dirigieran, siendo el primero del Colegio de Chillán el M. Rdo. P . Francisco Pérez, español y misionero en Chile hacía más de diez años, no

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