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EN·<JHILJE Y AllGE;',!TINA 51 Al gobierno presidido por el sefíor Santa i\Iaría estaba reservado hollar todo respecto y dar un avance ·decisi\·o en las ideas liberales que pugnaban hacía tiempo por abrirse paso en la legislación de Chile; pues en efecto) en las circunstancias tempestuosas que sobrevinieron con motivo de la presentación del sefíor Taforó\ la expulsión del delegado apostólico Mons. Del Frate, según arriba dejamos dicho, cumplió el belicoso Presidente hs ame– nazas hechas por su plenipotenciario en Roma para sa– car á flote la pretensión regalista del Gobierno, y se tomó la impía represalia de profanar el matrimonio co– rrompiendo en su raíz la familia cristiana. En r 884, á pesar de las protestas de los católico.;_ de una respetuosa pero firme exposición de r 7 ,ooo scfiora~ católicas, de la actitud decidida del partido conservador y la apostólica Pasfornl co!ectz·va que dirigieron al pueblo católico los lltmos. señores Jose Manuel Orrego, Obispo de La Serena y don Joaquín Li.rraín Gandarillas, Vicario Capitular de Santiago; y del Vicario Capitular de Con– cepción don Domingo Benigno Cruz, el proyecto de ley foé debatido y aprobado en las Cámaras, sin que fuese obstáculo la falta de lógica objetada por los senadores católicos, Melchor Concha y Toro y Luis Pereira, y los diputados Juan Agustín Barriga y José :'.\icolás Hurtado; pues era evidente la contradicción ele que, sin modificar esencialmente la Constitución del Estado que profesa y protege la Religión católicaJ y sin abolir el juramento quP. el Presidente y legisladores prestan por los Santos Evan– gelios de respetar y cumplir con cuanto manda la Reli– gión Católica, se llegara á dictar una ley que vulneraba en lo más íntimo la conciencia católica del país, cles'.:lrga– nizando las familias chilenas.