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-1r: J\IISIONES 1\1•'. LOS PP. CAPUCHINOS Gracias á que los cat61icos, amparados por d derech;) que dá la Constitución de enseñar y aprender libremente sin otras trabas que las de la moral cristi3,na, sostienen numerosos .:entras ele educación é· instrucción subven– cionados á \·eces, en mínima parte, por .el mismo Gobier– no; pero sostenidos primera y principalmente por la Igle– sia y sus prelados y por las Ordenes religios,'ls, como diremos más adelante. Esta libertad ele enseñanza está seriamente amenaza– da por el sectarismo político de los partidos raqicales y doctrinarios; ahora mismo en este año 1 191 o) se discute · en la Cunara un proyecto de instrucción primaria obli– gatoria laica, por más que otra cosa digan sus sostene– dores: proyecto inoportuno y tenrlencioso, que es com– batido noblemente por el partido conservador y aún por hombres leales y honrados de otros partidos políticos. Otra de las reformas que en Chile han herido honda. mente el sentimiento del pueblo católico, contrariando la arraigada fé y costumbres tradicionales que heredaron de sus padres, es la ley del matrimonio_civil abiertamente en pugna con la Constitución fundamental del Estado: lo mismo que la de los cementerios generales ó laicos. Para que el lector pueda formarse una idea del proceso, ha seguido el liberalismo en estos dos puntos im– portantes del derecho público católico, no estará de má·; dar algunos detalles de la historia de estas dos leyes y2.. citadas. La legislación cid! que rigió en Chile en los primeros afias de su independencia fué la Española: y respecto al