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EN' CHILE Y AHGEN'rINA -lí , llegó á un ac_uerdo, entre .otras razones, porque t)Q ,con– venía cciinprometer las conquistas liberales, dej;:i.ndo brns– camente á la Iglesia: libre: y separada de tas trabas. del Estado; sino sostenerla, formular cada año un presupues– to del culto y dar tiempo al tiempo. Así s.e hizo y .... así se hace. El presupuesto con que el Estado subvenciona el culto es de dos millones de pesos, cantidad irrisoria que no sirve sino para comprometer las atenciones del clero res– .pecto á-quienes, siendo deudores, aparecen como protec– tores, que con su mezquina subvención, no cubren siquie– ra la deuda que; por título oneroso y por contrato bilate– ral, reconoció el ·E-,tado de Chile en r 5 deJuliodel afio 185 3. Conforme con esta política indecisa a1 exterior, pe_ro en el fondo francamente tendenciosa y sectaria, el Esta– do en Chile tiene en sus liceos y cursos de !',egunda ep- . señanza profesores de religión: pero además de que no es asignatura obligada que pueda comprometer poco ni mucho el éxito de las carreras profesionales, la mayor parte de las veces los profesores· se creen · dispensados de estudiar la religión, á lo más saben un tantico de, la decantada ciencia de la historia de las religiones; y para ellos y para los pobres niños que les escqchan, lo mismo es Jesucristo que Confucio, San Pablo que Mahoma;; lo mismo el Culto digno y razonable y :revelado del catoli– cismo, que las ridículas parodias masónicas, ó el extra– vagante fetichismo de los indios. Además de que centenares de niños y ni1í.as católicos p.or su baulismo, reciben su instrucción literaria en esta· blecimientos de ensefianza, dirigidos 6 inspirados por los protestantes de todas· las sectas, principalmente mc(od/s– tas y evang4/icos.
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