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EN CHILE "y AIWE'.'ITJNA • ,., -ti) tronato, la más especiosa de todas es ·seguram.ente la que alega el presupuesto anual del Culto y Clero, c?mo gracia que el Estado hace á la Iglesia y por lo qu,e ella le queda muy obligada, no estará de más hacer aquí 1,111a ligera insinuación de los pre ceden tes históricos-jurídicos del decantado presupuesto de" Culto. Sabido es que la Iglesia c_omo soberana por derecho diYino es independiente en cuanto necesita para su vida y funcionamiento orgánico: vi,·iendo en la tierra necesita bienes materiales con que atender á sus ministros, á sus templos, y al culeo externo debido á Dios; ésta es la ra- 7Ón di,·ina de los diezmos y primicias que la Iglesia pidió siempre ~ los fiele_s, concretando la obligación qüe" todo hombre tiene de reconocer el supremo dominio de Dios sobre todo cuanto posee .en la tierra. Desde los primeros tiempos de la colonia, la Iglesia había establecido en el ·Nuevo l\fundo la contribución sagrada de que hablamos, según consta de unas letras apostólicas promulgadas por Julio II en S de Mayo de r 5 r 7. · Excusado es decir, que los reyes católicos reconocie– ron este derecho soberano que las autoridades eclesiás– ticas ejercieron como en Castilla, hast~ el año r S 53 en el cual el señor Don :'.\1anuel l\Io.ntt, llevaélo á la primera :'.\Iagistratura de la Nación chilena por el empuje del-par-·. tido conservador católico, comenz6 á sentir las hostilida- · des de los elementos avanzados de la izquierda. Estos instigaban al Gobierno para que supri.miera y: cambiara la contribución decimal ·sin intervención alguna de la Iglesia; mas no pudieron arrastrar al Presidente por tan escabroso camino, sino que él mismo se puso de acuerdo con el señor Arzobispo Valdivi_eso para acu- , dir á la Santa Sede.