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LA EU8KA.l.·l!:Vfü:A ltl99-HJ11 5-13 plícitamente preceptuada la religi ó n práctica, como me– dio insustituible de educación y propaganda . Eso dicen las fiestas anuales dedicadas á la Santa Cruz ; Y: con más elocuencia todavía, el haber elegido exclusivamente Re– ligiosos y Religiosas para regentar los colegios, dirigir los asilos, y educar con entera libertad ele acci ó,~1 los ni - ' . fios y niñas que se les encomiendan. Pero en los Esta tutos y Reglamentos, aquella fiesta patronal, _siendo de suyo religiosa, tiene al parecer una significación princi– palmente social y de sufragio por los socios fallecidos durante el año: los educadores dan su clase de catecismo: y en los colegios hay frecu encia de sacramentos y espí– ritu de pied:1d, sólidamente cristiano ; pero es por iniciati– va de las respectivas Direcciones escolares; y por fin, las Mtsiones, (palabra consagrada para significar el .apostola– do sagrado de los ministros de Di os), aparecen) en los conceptos de sus iniciadores, como g iras de propagan da en favor del amor patrio, de los intereses materiales y del sentimiento de confraternidad humana y terrena . No será raro, pues, que los extraños, los qu e no conocen á fondo el espíritu eminentemente cristiano de los honora– bles fundadores de la Euska!- Eclzea, crean que no con– taron con el elemento sobrenatural, para moralizar á sus hermanos del campo y de las ciudades; que desconocen la inconsistencia, mil veces demostrada, de todo estímulo que no encuentre su sanci ón en la conci encia religiosa, en la idea hondamente senti da del J 111m.r¡-ozJ.: oa, de Dios, de sus eternas leyes é inapelables juicios. Por esto ad– ve rtiremos que , en la redacción de cuanto sirYe de orga– nismo y expresión de los ir.. óviles y fin es de la Euskal. Echea, se ha dado por supuesto cuanto el pueblo vasco ama desde su cuna, y forma parte esencial de su historia,