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ül8 l\IISIONES DE LOS PP. CAPUCHIN°0S El euskalduna corresponde de ordinari o á esta dis– tinci ón social, aunque con harta frecuencia se desmorali– za interiormente, viviendo lejos del escena ri o donde trans : currieron sus primeros años, á la sombra del campanario, en el cariño íntimo del hogar doméstico, y en el culto re\'erente de :Jaungmºkoa , de quien le hablaba ·de conti– nuo su' ape.:·a, (su cura-pá rroco), que lo bendijo al partir para Amé rica. Las creet~cias religiosas del Yasco emigra– do flaquean fácilmente con el aislamiento forzoso á que le condenan su vida de campo, su individualismo étnico, amén de la tolerancia absoluta que sus vecinos le dis: pensán en todo cuanto no sea obstáculo á los negocios y al lucro. De aquí la necesidad de proteger al basko eri la Argentina contra la corrupción qui: le amenaza: y por esta razón el elemento consciente de la colonia se preocupa de agrupar á sus miembros emigrados y crio• llos en Sociedades propias dond e se recree , se instruya, se oriente, al llegará tierra extraña, y se conserve unido á sus hermanos. II. Origen de la «Eusk11l-Echea ,, l ;na de estas Sociedades vasco - españolas estableci– das ele antiguo en la Argentina, llamada Laurak-Bat, no contenta con el estrecho círculo de acción que abar– caba, proyec tó en r 899 organizar una agrupación de be– neficencia, instrucción y propaganda, que uniera todos los vascos residé:ntes y los vasco- argentinos. Nombróse, en efecto, de entre los miembros ele dicha Sociedad una Co– misión que estudiara las bases del proyecto é iniciara los trabajos. Producidas muy luego algunas dificultades por divergencias ele criterio entre la Comisi ón y la Junta Di-