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LA EUSKAL-ECHE\ 1899-19) l 517 cuenga. Al consolidarse el Estado argentino, el basko L'rquiza, dió paz al país, lo libertó del tirano Rosas , y preparó la Constituci6n definitiva de la República; y posteriormente, sin interrumpirse la tradición de insignes sacerdotes, bravos generales y hombres de gobierno, se han visto figurar con los Anchorenas, Udaondos, Saenz Peña, Alcortas, etc., apellidos vascos en el Par– lamento, en la Banca, en el Foro y en la Diplomacia. Era una raza fecunda y fuerte, que se imponía por su tesón en desafiar las dificultaries. Y aumentando la emigración á contar desde el convenio de Bergara, que puso fin á la guerra de Carlos V, se vieron llegar á las playas <le! Plata, vascos avezados á los azares de la guerra: poco dispuestos á encerrarse desde luego en sus caseríos y luchar con la dura tierra de sus montañas: ganosos de o tro horizonte, que les hiciera olvidar las esperanzas desvanecidas, y les permitiera vivir con la holgura recla– mada por su espíritu individualista. Es increíble la influen– cia, que las guerras civiles de España en el siglo XIX tuvieron en la emigración vascongada .. Estos fueron los principios de la colonia numerosa é in– fluyente que hoy vive en la Argentina. El euzkeriano tras– plantado á la pampa argentina arraiga pronto en ella: su carácter, un tanto retraído y receloso, enemigo de pedir favores, y amig-o de bastarse á sí mismo, se acomoda á maravilla en la soledad en que vive el gaucho, con quien hace pronto amistades, viste su c/411,,ipá y sus bom– bachos, y se gana toda su confianza, hasta el extremo de ser distinguido de los espatloles y gringos, con el apodo de basko, que se antepone siempre al apellido que lleva. - Así es que su origen es corno un título de nobleza, y pronto se abre camino en tierra extranjera.

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