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514- MISIONES DE LOS PP. CA.PCTCHINOS peñado en dar unidad política á España, para lo cual' deberían desaparecer los reyes y los Estados vascos. La corona ele Nabarra fué en efecto anexi onada á la de España. Pe:-ro el Rey Católico respetó noblemente la sobera nía del Estado vasco . Y cuando , por medio del Marqués de Comares, prestó juramento real, en virtud del cual fué recon ocido por los nava rros , declaró solem– nemente «que Nabarra continuaba siendo Reino <, de por sz·, eqzn'-prúuipal», es decir soberano, menos en el de– recho á elegir rey. Tal fué el estado jurídico-polí tico de Nabarra desde el año 1 5 1 3 ( I ) . Vinieron en mala hora para España las guerras civi– les del siglo XIX: los baskos se lanzaron al campo con entusiasmo religioso, que en ocasiones mil llegó al he– roísmo: Euskeria fué teatro principal de las guerras carlistas, y testigo de mil esperanzas desvanecidas, á pesar de la bravura de los batallones baskos, que pe– leaban por Dios, por sus fueros y por su rey; y des– pués de convenios desleales y de inexplicables derrotas, llegaron en I 8, 9 las represalias de los vencedores, mermando los fueros y las libertades de aquel pueblo patriarcal, empeñado en empresas suicidas hasta el pre – sente, en que de pueblo conserva todos los elementos disgregados, historia, tradiciones, lengua, religión y le– yes, menos la soberanía, hoy imposible, á juicio de los nacionalistas sensatos. Aún en estas desfavorables condiciones, el pueblo (1) Conf. Xoví,-ima Rec0piJ>1ci 1 11 ele las leyes de N::,,varra. Ley ns, Tit. VIlI. Lib. I. Esta es la que'. grabada en bronce, se lee en el monumento it los _fu ero;; f10 Nnliarra, levantado en Pamplona . Lo miFmo confinna la Le3·. fí7. Tit. H. Lih. I, de la Novísima Recopilación.

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