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NUF.VA POMPEYA 1805-1911 48f, nio de r 902 el R. P. Guillermo de Morentín, abatido por sus enfermedaJes y descorazonado por las intrigas, que atajaban sus i:i1ejores propósitos, se embarcaba para España, preparábase una rnlemne peregrinación de la ciudad de Buenos Aires al santuario: de N . Pompeya. El día 4 del mismo mes se vió invadido por m-:í.s de 5,000 personas de todas las clases sociales, presididas por <=1 Excmo. señor arzobispo Mons. Espinosa y por el Iltmo. señor obispo auxiliar Mons. Gregario Romero. ¿Qué resorte prodigioso había movido aquella muchedum– bre en dirección de un santuario, tan escandalosamente discutido por interminables pleitos? .. . Un milagro . .. La Virgen Sma. de Nueva Pompeya había hecho un glorio– so alarde de poder y de bondad en favor de la distin - guida señorita María Luisa Calviño: la cual, hallándose atacada y casi consumida por incurable y desconocido mal, en cuyo tratamiento habían perdido el tino renom– brados doctores, quienes á una con el doctor Calviño, hermano de la enferma, la habían desahuciado, hizo voto de organizar una peregrinación al santuario de N. Pom • peya, si Dios le concedía la salud. Apenas formulada así su petición se sintió sana y buena, sin que hasta el presente haya sentido el más ligero resabio de su anti– guo mal. Hemos oído á la señorita C'llviño, referir emocionada y agradecida este favor extraorJinario de la Virgen: no la creemos capaz de ciertas autosugestiones , que, como procedimiento terapéutico, pueden determinar reacciones psico-fisiológicas. Dotada de un temperamento equili– brado y de un espíritu tranquilo incapaz de buscar esce– nario de histéricas para exhibirse y llamar la atenci ón h1cia su persona, refi Fre su curación milagrosa sencilla-

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