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NUEVA l'OJ\IP1, YA 18\J ó - 1911 -Hl3 Resintióse luego su delicada salud y tuvo que reg,·esar á la península el día 2 de Junio del mismo afio 1902, mientras los Superiores nombraban para sustituirle al R. P. Mariano de San Isidro, argentino de nacimiento , pero vasco-navarro de origen y por educación, el cual a<.:eptando resignado tan delicado cargo, púsose luego rn viaje, y el día 24 de Julio del mismo afio estaba ya al frente de N. Pompeya. Nada más acertado que la designación de este exce– lente religioso para tan espinoso cargo: aparte las dotes de prudencia y exquisito trato de gentes que lo caracte– rizaban, la circunstancia de ser argentino era garantía so– brada de éxito. Puesto en contacto con las respetable~ fa– milias que tenían cuentas pendientes con N. Pompeya, con– cilióse desde luego su benevolencia, prestándose á admitir transacciones y arreglos, únicamente aceptables, ante la sinceridad de los Padres y su decidido propósito de sacrifi – carlo todo, antes que dejar incumplidos los compromisos adquiridos. Quedaban descartados, como ya dijimos, el internado de ni"?'íos y los talleres, á pesar de una pos– trera, imprudente y desautorizada intentona hecha en el breve intervalo de tiempo que medió entre la partida del P. Guillermo y la llegada del P. Mariano; y éste hizo comprender á todos que la Orden no se hacía cargo, en modo alguno, de aquellos proyectos subrepticios en los tratos y contratos con los capuchinos italianos. Puso al frente de la escueia de nifios pobres al R. P. Juan de la Cruz de Azpilcueta, quien con tesón y tino ad– mirables consiguió rehabilitarla y aumentar el número de alumnos. No 'abundaban las limosnas; ni podía esperarse otra cosa, hasta que los hechos demostraran que en Pompeya trabajaba intensamente un elemento de saluda-

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