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488 llI!S[ONES DE L'1S PP, CAPOUHINOS cluirse sin su intervención, pero sirviendo ellos de editores responsables, no solo hasta que tomaron posesión de hecho (Diciembre de 1897 ) sino en la época más oscura é inexplicable, hasta Noviembre de I 899: durante la cual el P. Damián no supo romper abiertamente con Broggi, sino que por razones hasta el presente ignoradas, consintió que siguiera pidiendo y gastando para Pompe– ya, con la esperanza, de sobra desmentida por lo pasado, de que cumpliría su palabra de entregar á los Padres la iglesia y el convento hechos. tQué otra cosa podía hacer un tribunal, donde se falla jztxta al!eg·ata et probata, sino atenerse á los libros y á las cuentas presentadas por los acreedores, y á bs pruebas palmarias de perso– nas que habían dado su dinero y no veían el empleo r¡ue de él se había hecho? La Iglesia de Buenos Aires aparecía comprometida en una aparente estafa de limosnas dadas con un fin religio– so, y era preciso sincerarla ante el público . Por esta razón, la sentencia dada se fijó en carteles en las puertas de las iglesias, se hizo oficialmente pública en el Boletín eclesiástico y todo el mundo pudo enterar~e de que _la Iglesia no reparaba en hacer víctimas, en aras del honor de la Religión, á los PP. Capuchinos, extran– jeros, casi desconocidos sino es por el ruidoso pleito en qu~ los comprometiera el señor Broggi , tan bien concep– tuado ante la sociedad. V. Una solución dolorosa y providenciitl Comunicado inmediatamente al Provincial de Génova el contenido de la sentencia, por consenti1,1iento unánime del Definitorio, mandó al P . Delegado en el Uruguay de-

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