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NUEV ,l P Ul\IPEYJ. 18\)5 -1911 471 país y se ocupaban en lr1s grandes fábricas vecinas, en el matadero público, instalado entonces en lo que ahora se llama el Parque Patn'czos, y en el acarreo y depura– ción de las basuras, que en grandes montones se depo– sitaban allí para reducirlos á cenizas, no sin antes haber extraído todos los res tos animales y metálicos , que con avidez explotaban compañías industriales formadas ad hoc, las cuales ocupaban á aquellos extranjeros en tan inmunda tarea por un miserable salario . La iglesia más próxima que podía ofrecer servicios religiosos á los pobres obreros, era la de la Parroquia de San Cristóbal, en cuyos términos estaba comprendido el barrio; pero el abandono en que vivían aquellos fie– les cristianos, del todo engolfados en tan miserables ta– reas, iba reduciéndolos á un estado semi-salvaje y degra– dándolos insensiblemente. La municipalidad tenía trazadas por el Bañado de Flo– res espaciosas calles y avenidas para fomentar y regLt– mentar la edificación, pero esta era lenta y defectuo.,a, debido á los pocos atractivos del suelo , surcado en todas direcciones por inmundos arroyuelos , que arrastraban los restos del matadero , las grasas de las chanche1 ías, y las aguas usadas en las fábricas; lo cual, unido al es– peso humo de la cremación de las basuras , hacía el aire irrespirable y mal sano. Estaba reservado á las señoras de las Conferencias de S. Vicente de Paul, establecidas en la Parroquia de S. Cristóbal, adelantarse á las medidas higiénicas oficia– les, que posteriormente se han puesto en práctica para sanear aquel barrio; pensaron pues rem~d iar el abandono vergonzoso, en que se encontraban aquellos miles cie obreros, que no podían vivir más al centro de la ·capital