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LA REPÚBLICA A1-WENTJNA 465 sociedades propagadoras de todas ias ideas . Los cató– licos aprovechan con resultados prácticos esa libertad, formando sobre todo asociaci ones de obreros llama– dos rírmlos, extendidos en sesenta secciones por toda la nación; el círculo central (primero en la República ) se fund ó en 1S9:1, y ti ene para los socios enfe rmos de tocios los círculos un magnífico consultorio. La libertad de impren ta es tan absol uta , que raya en desenfreno; para contrarrestar la invasión pornográfica, impía y socialista, que se ampara en la libertad "sin pre– ·via censura », los católicos argentinos, bajo la dirección de los Prelados y del clero, propagan el pe riodismo doctri– nal, piadoso y político-religioso, erogando los recursos pecuniarios necesarios para editar siete diarios, cinco pu– blicaciones bisemanal es, más ele cincuenta semanales, y veinte mensuales. Y para que se pueda apreciar en un solo detalle de la Constituci ón argentina, su espíritu religioso, tan mez · ciado de ideas incompatibles con la profesión de la única Religión verdadera, haremos notar que al prescribir el servicio militar y hacerlo oóligator/o para todo ciuda– dano exceptúa entre otros á los seminaristas y á los miembros del clero secular y regula r ; excepción muy en armonía con la obligación impuesta á los gobernantes de sostener el culto católico, en favor del cual el Go– bierno vo ta anualmen te un presu pues to. A pesar de es ta mezcla ele bueno y mal o, los Gobier– nos de la República Argentina han cultivado habitual– mente buenas relaciones cliplomúticas con la Santa S ede, salvo algunos incidentes ele los cuales, el más grave , ocurrió durante la primera ¡:;¡residencia del general Julio H. MJSIONES 30

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