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3-1 l\IISIONES DE LOS PP. CAP1:CHINOS la misión de :'.\Ionseñór :'.\Iuzi una garantía de la paz reli– giosa y una prueba de visto bueno que la Santa Stde daba á su independencia, los liberales posesionados del gobierno de Chile é inspirados por Camilo Henríquez, volteriano, y exaltado patriota, comenzaron á entorpecer la misión del Vicario Apostólico y á preparar los ánimos á ün cisma con la creación de una Iglesia ndcional; así se pudo llegar á tomar un acuerdo en el Senado revocando los poderes dados por O'Higgins al señor Cienfuegos. Entre tanto l\Ions. :'.\1uzi llegaba á Buenos ~:\ires donde era recibido por el pueblo y autoridades entre las más entusiastas aclamaciones; pero ahí mismo tuvo que <levo– . rar las primeras amarguras de su delicada misión, por la inexplicable conducta de don Diego E. Zabaleta, intruso vicario de la Diócesis, que le prohibió el ejercicio de las · facultades de que venía investido y aún de las de su mi– nisterio episcopal; contrariedades, que) unidas á la noticia recibida en Buenos Aires del acuerdo del Senado de Chile, dieron á :'.\fonseñor Muzi la medida de la delicada situa– ción en que se encontraba. Llegó por fin á Santiago el día 6 de :\Iarzo de r S 2 +· El Iltmo. señor Rodríguez, restablecido ya en su Sede episcopal, lo recibió con toda sumisión y reverencia; y luego que se trataron se hallaron ser dos almas gemelas, heroicas., desinteresadas y llenas del celo por la gloria de Dios; por éc:;o simpatizaron y se pusieron de acuerdo en cuanto había que reformar y trabajar por el bien de la Iglesia. Este feliz acuerdo fué motivo que invocaron desde luego los liberales para desacreditar al Vicario Apostóli– co, tacháHdolo de conspirador realista con el señor Ro– dríguez, y esto á pesar ele las demostraciones de· atención