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460 NISIONE.S DF. J,()R PP. C;\.PUCHT:S-O'l Rey, pero que no hostilizó jamás los planes de libertad que perseguían los argentinos; <, la única religión lep;ítima , decían, es cabalmente la que más consolida á un gobier– no constituido por el único principio de la legitimidad; por lo mismo, sus ministros tienen , á los respectos de este Gobierno, un derecho igual á la elevación de su ca– rácter » (1 ). Y los bra,·os generales que aseguraron con su valor y con sus sacrificios la sobeI"anía nacional, Bel – grano y San Martín, manifes taron siempre su religiosidad y la confianza que tenían puesta en Dios, en favor de su causa. Belgrano consagró su espada con filial deYoción á la Virgen de las l\forcedes, y en carta íntima que es– cribió á San Martín desde Santiago del Estero con fecha 6 de Abril ele 181 4, le decía: « la guerra no se ha de hacer solo con armas ... el ejército no debe dejar ele in– vocar á nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra Generala: y la tropa no olvide los esca– pularios .. . pues al fin, el ejército se compone de hom– bres educados en la religión católica, que profesamos , y sus máximas no pueden ser mác, i propósito para el or– den. Acuérdese usted de que es un general cristi ano, apostólico, romano; vele usted de que en nada, ni aun et, las conversaciones más triviales, se falte al respeto él cuanto diga á nuestra santa religión .. . » ( 2 ) . Así lo hizo San Martín; y cuando formó el ejército libertador para atravesar los Andes, consagró su expedición á la \'irgen del Carmen con solemne ceremonia en la plan de Cuyo, en Diciembre de 1 816, poniendo en la mano de la celes- (1) Piaggio. Ibídem. Cap. VI, p:ig. 121. (2) Piaggio. ibi. Cap. VII. p:ig. 15:3.

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