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LA REPÚBLICA ARGENTINA 459 argentina, ( r ) confiesa que no todo el clero fué revolucio– nario; y que la actitud de los prelados y de los sacerdotes fieles al Rey debía de ser una garantía para fiar de su lealtad á los poderes con:,;tituídos legítimamente, conser– vándose ajenos á todo partidarismo político, y procurando e l restablecimiento del orden, cuya base es el resp.eto a l pri ncipio de autoridad. Por lo demás, en cuanto la causa de los patriotas <Juedó bien definida, y se constituyó la autoridad, que respondía del orden, la Iglesia no vaciló en apoyar las justas aspiraciones de la naciente República, y, como vimos al hablar de Chile , todas cuantas calumnias se han in \·en tado contra el patriotismo del clero, están desmen– t idas por la historia: y son además innobles en boca de políticos y patrioteros, los cuales, cuando el clero católi– co es hostil á los planes impíos de los sectarios y pro– cura impedirlos, influyendo en la política, claman qut /('s otras 1w deben meterse en politz'ca.- que 110 es esa s1t múúín, sino la de n .:m- por todos: mas si se trata de un movimiento del clero, favorable á sus planes, quisie– ran que la Igles ia en pleno lo aprobara y se metiera en s u fol!úca . Más leales y religiosos fueron personalmente los ver– daderos héroes de la independencia argentina. El primer t riunvirato de gobierno formado por Chiclana, Sarraeta y Posa, asesorado por su secretario Rivadavia, en do– cumento público declaraba que quería apoyar su causa en la religión católica. Así consta del oficio que en 181 r d irigieron al Iltmo. señor OreHana restituyéndolo á su d iócesis, de la que estaba desterrado por su lealtad al (1) Itlern. l bidern. e, VJ. p. 127 y 1:.l~.

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