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LA REP~ULIC& ARGENTINA 455 corta diferencia de afias, organizaron regularmente sus doctrinas y 1nt'sz'oues entre infieles, con éxito consagrado ya por el tiempo. Nacida la Iglesia en tan hermoso suelo, era natural que se pensara en organizar la jerarquía católica; y así fu é: en r 570 encontramos erigida ya la primera diócesis en Tucurnán, y nombrado su primer obispo un francisca– no, d R. P. Fr. Jerónimo de Villarcarrillo , que no llegó á tomar poses ión de ella por haber renunciado. La Se-de episcopal se fijó primeramente en Santiago del Estero, pero en r699 fué trasladada á Córdoba, donde residió desde entonces el obispado más antiguo de la Argenti– na, teniendo bajo su jurisdicción casi todo el país con– quistado, á excepción del litoral, que dependía del obis– pado de la Asunción del Paraguay. Siguió á és ta la dió– cesis de Buenos Aires en r 580. La primera parroquia, edilicada en el lugar designado por Juan de Garay, fué erigida en Sede episcopal , sufragánea de Lima y enco– mendada á su primer obispo R. P. Cristóbal de Oresti, franciscano. Durante todo el tiempo del Gobierno colonial no se crearon nuevas diócesis; solamente cuando en r 806 se notaban ya los primeros síntomas de la independencia política , se creó la diócesis de Salta con territorio des– membrado de la de Córdoba. · Consolidado un tanto el orden , los primeros patriotas no descuidaron las necesidades religiosas del pueblo ar– gentino; por esto en I 834 encontramos erigida la nueva diócesis de S. Juan de Cuyo; en 1859 se erigió la Sede de Paraná; en r 865, la de Buenos Aires fué elevada á Sede Arzobispal; y sucesivamente se crearon después la diócesis de La Plata, de Santa Fe y la de Tucumán ·.
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