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LA REPÚBLICA .ARGENTINA 445 Rudos combates tuvo que sostener el noble almirante con los pampas y querandies, que diezmaron su ague– rrida tropa, la cual quedó á las órdenes de su lugar te– niente don Juan de Ayolas, cuando Mendoza tuvo que regresar á la Península. Ayolas murió á má nos de los indios, después de haber fundado la Asunción del Para– guay, quedando en su lugar como jefe de las fuerzas y colonias españolas el insigne vasco dvn Domingo Mar– tínez de Irala, quien afianzó la dominación del litoral del Plata, y puede co_nsiderarse como el definitivo fundador de Buenos Aires, repoMada y organizada por el célebre guerrero y colonizador don Juan de Garay, mientras Irala se internaba en el país hasta fundar las ciudJ.::les de Santiago del Estero y Tucumán. Habiendo muerto también Garay á manos de los c!tu– -rrúas, la gobernación y conquista del país estuvo á car– go de em·iaclos de España hasta que fué nombrado Ade– lantado á nombre del Rey un criollo, don Hernando Arias Saavedra, á quien por esta razón, los argentinos consideran como el primer padre de la Patria. La población argentina tuvo gran incremento c!esde comienzos del siglo XVIII á pesar de las trabas comer– ciales, que impedían el desarrollo del comercio de sus puertos con las otras naciones europeas; y en 1 776 Car– los III elevó á Virreinato la Gobernación del Plata , para que así pudiera rivalizar con el Virreinato portugués de Río Janeiro. Desde aquella fecha el Virrey de Buenos Aires, don Pedro de Ceballos, tuvo bajo su mando el territorio del Cuyo, que ante~ pertenecía á la Capitanía de Chil~, y todo el territorio que hoy forma las Repúblicas del Uru– guay y Paraguay. A los dos afios de Virreinato en I 778

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